Múltiples intervenciones hicieron que los paisajes urbanos y rurales de nuestro país fueran ?víctimas? del color a través de la instalación de telas teñidas. El responsable: Colorearte, un concurso de teñido escolar que reunió a casi 28 mil alumnos que realizaron acciones artísticas en espacios públicos como paraderos, puentes y plazas de distintas ciudades del país.

Al más puro estilo de Christo -conocido por cubrir el Reichstag alemán y envolver el Pont Neuf de París- y de otros grandes artistas de la escena internacional dedicados al landart, miles de estudiantes de todo Chile intervinieron el paisaje con sus obras teñidas en telas. El puente de los candados en Santiago, la Portada de Antofagasta, la salitrera Santa Laura y el Salto del Laja fueron algunos de los lugares literalmente ‘tomados’ por escolares de Arica a Punta Arenas.

Esto sucede en el décimo aniversario del concurso Colorearte Bichos 2013, iniciativa de Anilinas Montblanc, Fundación Gabriel & Mary Mustakis y Fundación Mar Adentro con el apoyo de Campus Creativo, que permitió realizar con éxito un sinfín de intervenciones artísticas basadas en los bichos. El desafío fue que los alumnos -de primero básico a cuarto medio- los observaran y, mediante la abstracción, los llevaran a obras teñidas con anilinas. Esto luego de un trabajo en el aula que tardó varios meses y que culminó en una acción de arte. Este concepto se refiere a una obra que ocupa un tiempo y un espacio determinados y que es de carácter efímero, además del cuerpo del artista. Es muy importante la relación entre este y el observador y el tiempo determinado que se usa, que es de carácter efímero. Fue así como surgieron alas de mariposas, antenas de avispas y patas de insectos que dieron color a distintas regiones de Chile.

Según Patricia Reutter, gerente general de Anilinas Montblanc y creadora del concurso, “esta instancia da la posibilidad de  potenciar el desarrollo de la creatividad y el trabajo en equipo, sin olvidar que se está aprendiendo el manejo del color. Además, este año los niños pudieron conocer nuevos conceptos artísticos como la acción de arte, la intervención en el paisaje y la abstracción, entre otros”. Y agrega que “en otras versiones de Colorearte, los alumnos han aprendido sobre los pueblos originarios, los mitos y las leyendas y la pintura de Roberto Matta. Ese es también un punto interesante: que los niños, además de desarrollar temáticas artísticas, pueden internalizar contenidos como la historia, las ciencias naturales, las matemáticas y el lenguaje. Con lo cual el concurso no solo implica un aprendizaje artístico”.

Para Alejandra Valdés, Gerente de cultura de la Fundación Mustakis, “la idea es que los alumnos vivan experiencias significativas que les permitan aprender durante el proceso artístico y desarrollar habilidades fundamentales en su formación integral, tales como la observación, la creatividad e incluso la percepción. Por otro lado, comenta que “es innovador combinar ciencia, teñido y arte. La innovación vista como la capacidad de mirar desde otro ángulo lo que te rodea habitualmente y convertirlo en una oportunidad artística y de creación. ¿Cómo no va a ser atractivo y disruptivo instalar tu trabajo en el paisaje que te rodea, en vez del panel de la sala de clases?”.