En 2012 escribí la columna “Patrimonio en Peligro”, justamente a raíz de un seminario bajo el mismo nombre al que asistí y que alertaba sobre el tráfico ilícito de bienes culturales. Es triste saber que varios años después la realidad no ha cambiado nada (quién sabe sí lo hará), sino que continúa siendo un problema a nivel nacional y mundial. De hecho, este delito se encuentra en tercer lugar después del tráfico de drogas y de armas, dato que ha sido confirmado internacionalmente por la Unesco.
Las cifras aproximadas de tráfico de bienes culturales que se manejan a nivel nacional oscilan alrededor de las tres mil piezas de alto valor patrimonial, según el Servicio Nacional de Aduanas.
El caso del empresario Raúl Schüler, quien tenía en su hacienda de San Francisco de Mostazal en la VI Región, 21 estatuas robadas y avaluadas en 4 mil millones de pesos, demostró que este delito está lejos de acabar. Lo peor es que esto no contempla la sustracción de 200 artículos paleontológicos, arqueológicos, de origen mapuche prehispánico y armamento de la Guerra del Pacífico que fueron descubiertos hace un par de días por agentes de la PDI en el mismo lugar.
Pero, como una punta del iceberg, lo más grave de esto es que en Chile haya más situaciones como esta, sin haber sido descubiertas aún.
En ese sentido, Consuelo Valdés, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, afirma que: “Como Ministerio de las Culturas condenamos tajantemente este delito, que no tiene nada que ver con coleccionismo. Es un daño al patrimonio de todos. Próximamente ingresaremos al Congreso un proyecto para actualizar la Ley de Monumentos Nacionales, que incorpora la figura de tráfico ilícito de bienes patrimoniales, aumenta las penas por daño al patrimonio cultural y crea un inventario nacional para tener registro de los bienes patrimoniales de Chile”.
Una moción que se hace más que necesaria y que es de carácter urgente que se implemente desde el Estado para evitar que este tipo de delito siga destruyendo nuestro patrimonio material, el que es parte de nuestra memoria como nación.En la imagen se puede ver una piedra tácita del Valle del Encanto, un importante sitio arqueológico ubicado en Ovalle, IV Región. Afortunadamente, este tipo de lugares están protegidos por ley. Sin embargo, otros sitios similares no corren la misma suerte en otros sectores de Chile.Recién en 2014, Chile ratificó la “Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales” de la Unesco, la que data de 1970. Fue el país número 127 en suscribirla.Se trata de uno de los principales instrumentos jurídicos para combatir el tráfico de bienes culturales a nivel mundial. Con esta promulgación definitiva, Chile se hace parte de los esfuerzos internacionales en torno al robo, al saqueo y a la devolución de objetos patrimoniales.