A casi cinco años de sucedido, de a poco van terminando las secuelas del terremoto de 2010 que dejó en el suelo gran parte de pueblos y ciudades del sur de Chile, en especial aquellos de las regiones VI, VII y VIII. La semana pasada, la Corporación Patrimonio Cultural de Chile junto a autoridades entregaron a la comunidad de Vichuquén 24 casas reconstruidas, ubicadas en pleno casco histórico de esa localidad, iniciativa en la que destacó el trabajo de rescate de materiales originales.
Esto, ya que inmediatamente después del sismo del 27 de febrero de ese año los vecinos, a pesar del caos reinante, solo tenían algo en mente: recuperar y acopiar ordenadamente las tejas, las vigas y otros insumos para poder iniciar algún día la restauración de las viviendas. Así las cosas, después de cuatro años, el sueño se hizo realidad.
Según explica Carolina Vergara, arquitecta de la corporación a cargo de las obras, a los muros se les otorgó una terminación con tierra de color y los techos continuaron cubiertos con tejas de arcilla. En tanto, al sistema constructivo ancestral, con base en albañilería de adobe, se incorporaron refuerzos de mallas electrosoldadas, con el fin de prolongar la vida útil de los inmuebles. “El adobe no es un material ideal para enfrentar por sí solo los sismos; no obstante, podemos mejorar su comportamiento con un adecuado sistema estructural basado en el conocimiento local con la incorporación de nuevas técnicas”, comenta la experta.
Otra interesante iniciativa fue la capacitación a maestros locales, con expertos de Perú, en el mejoramiento de construcción en adobe. Por otro lado, el haber incluido a la comunidad en el proceso de restauración ha sido vital para asegurar la preservación de las casas en el tiempo.
Según comenta Carolina, “el daño material en las viviendas no solo respondió a la intensidad del sismo, sino también a la vulnerabilidad de los inmuebles deteriorados por la falta de mantención, así como por intervenciones estructurales inadecuadas y deficientes reparaciones tras anteriores terremotos, lo que acentuó la gravedad de los daños (...) el patrimonio en tierra cruda requiere de constantes cuidados, mantención e intervenciones que no alteren su integridad. La capacitación que se realizó en Vichuquén posterremoto permitió actualizar los conocimientos sobre esta técnica, así como recuperar la confianza en el material”.
Por lo mismo, el compromiso de los propios habitantes resulta vital para mantener en el tiempo las casas en buen estado y preparadas para futuros sismos.