Esta nueva edición de revista Paula, titulada “Santiago no es Chile, una edición especial que celebra la diversidad regional desde Arica hasta Tierra del Fuego” nos encantó y queremos compartir con ustedes,  cuatro personas que nos llamaron la atención por su labor en el rescate a aquellos bienes que hablan de nuestra historia y por consecuencia identidad. A continuación, un extracto de lo que se publicó en Paula, en la edición del 15 de agosto de 2015:     1-.Cultor del folclor nortino Premio Nacional de Folclor y Figura Fundamental de la Música Chilena, Freddy Albarracín –más conocido como Calatambo, posada de piedra en aymara– es el principal compositor y difusor de la música nortina, con temas originales como Caliche y Cachimbo de Tarapacá. Nacido en la oficina salitrera Santa Laura, llegó a la capital para convertirse en contador y, en paralelo, se dedicó a su vocación: el folclor. Allí, en los años 50, introdujo ritmos como cachimbo, trote y lamento, e instrumentos como la quena, el charango y el lichiguayo. “En esa época no se conocía nada de la tradición nortina. Inventé estas canciones para homenajear a mi tierra”, dice Calatambo, de 91 años, patrimonio cultural vivo del país. B.R. 2-.El antropólogo-poeta de Puerto Varas Después de trabajar como investigador cultural en diferentes instituciones, en 2010 Clemente Riedemann (62) decidió dedicarse tiempo completo a lo que hasta entonces había sido un complemento de su carrera: la poesía. Con cinco libros publicados, ha logrado un alto impacto en la escena poética nacional por su énfasis en la exploración de las diversas culturas que se mezclan en el sur de Chile: mapuches, españoles, alemanes y chilenos, lo que le da a su obra el carácter de antropología poética, como ha consignado la crítica. Pronto lanzará la reedición de su primer libro, Karra Maw’n (1984). J.H. 3-. El heredero del junquillo Cuando tenía 23 años, el artesano y diseñador de Punta Arena Jorge Caballero conoció a Ermerinda Acuña, una de las últimas mujeres de la etnia yagana, originaria de Cabo de Hornos. Ella le enseñó la técnica de trenzado de junco –planta de tallo liso y largo– con la que los indígenas de Tierra del Fuego han elaborado cestas por más de 900 años. Hoy, confecciona joyas, prendas de vestuario y objetos de decoración utilizando, además del junquillo, elementos como el cuero, el cobre, la alpaca y la plata. Su última colección de bisutería integra amuletos de la suerte –como chinitas y dados–, cordones de mostacillas y círculos de junco. “Quise mantener este legado, pero también reinsertar la técnica en la orfebrería y el diseño de vestuario, para incorporarla al mercado internacional”, cuenta.www.jorgecaballero.cl E.P. 4-. Rescatista de las raíces magallánicas Nacido en Los Molinos, en Colchagua, Mario Isidro Moreno llegó a Punta Arenas hace 48 años y, con curiosidad de afuerino, comenzó a desterrar sus raíces. Historiador, folclorista y escritor, hizo amistad con las últimas generaciones de onas, tehuelches, alacalufes y yaganes y pasó largas estadías con ovejeros, puesteros y pescadores de la zona. De esos encuentros nació, en 1983, su primer libro Raíces magallánicas, al que le siguen dieciocho más, como Patrimonio aborigen patagónico fueguino, declarado material escolar complementario por el Ministerio de Educación. En 2010, el Consejo Chileno de la Música le dio la Medalla Nacional Bicentenario por su aporte al folclor de la zona. Y el Consejo de Monumentos Nacionales lo galardonó con el Premio al Patrimonio de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, por su labor de rescate y difusión de sus costumbres e historias. B.R.     Fuente: http://www.paula.cl/