Con un lenguaje que bebe tanto del cómic, como de la ilustración, el cine y la pintura barroca, Victor Castillo se ha ganado un lugar en la escena artística internacional. Su universo plantea de modo irónico una crítica al mundo tal y como ha sido concebido: los sistemas de clase, la implacable distribución de poderes en la esfera global, el poder omnímodo del dinero, las formas en que el discurso religioso y social permiten el adoctrinamiento y control de las conciencias, son algunos de los tópicos que aparecen abordados en su trabajo. Para hacerlo re-interpreta, tuerce y hasta vandalizada con oficio pulcro, los imaginarios del cine y la ilustración. En sus cuadros, poblados por personajes infantiles de mirada siniestra, se tejen relatos que remiten a un mundo lejano vuelto al presente a través de una plástica que hace de la luz, el volumen y el color, su principal atractivo.
Cargado de la experiencia de las ciudades en las que ha vivido: Santiago, Barcelona y Los Ángeles, Castillo nada con fluidez en unas aguas alimentadas por el caudal de la cultura popular desde Disney al cine B. Si su lenguaje puede a ratos ser engañosamente fantástico, es para reflexionar sobre la experiencia concreta y cruel tantas veces, del mundo en el que vivimos.