La iniciativa Bibliotecas en Recintos Penitenciarios, desarrollada por la Dibam en conjunto con Gendarmería de Chile, ya está presente en cárceles todas las regiones del país con acceso a la lectura y alfabetización digital.

Un año marcado por el gran logro de contar con cobertura nacional en cárceles de Chile. Eso fue 2017 para el Programa BiblioRedes de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y su Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios.

Al finalizar el año la iniciativa está presente en 70 recintos penitenciarios a lo largo de Chile brindando capacitación en alfabetización digital a los internos mediante la instalación de Centros de Recursos Digitales en las cárceles. A la fecha, y desde el año 2013, han sido capacitadas más de siete mil personas.

El plan también llega con bibliotecas y fomento lector a 43 centros penitenciarios del país, además de las escuelas de oficiales, suboficiales y el Departamento de Bienestar de Gendarmería. A nivel nacional se contabilizan alrededor de 4 mil usuarios para estos servicios, entre internos, gendarmes y otros funcionarios de las cárceles. Desde su implementación se han registrado más de 20 mil préstamos.

“Nuestro objetivo de aquí a 2019 es llegar con todos estos servicios a todas las cárceles que hay en nuestro país con una población penal superior a las 50 personas, con eso abarcaríamos al 99% de la población privada de libertad”, comentó Miguel Rivera, coordinador de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios del Programa BiblioRedes.

BIBLIOTECAS COMO ESCAPE HACIA LA LIBERTAD

El Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios fue creado el año 2015 con el objetivo de aportar significativamente, a través de la lectura y los servicios que entrega una biblioteca, en los procesos de reinserción social y laboral que se trabajan en las cárceles, así como también a mejorar la calidad de vida al interior mismo de estos recintos.

Este trabajo involucra el desafío de gestionar para cada cárcel una biblioteca integral donde cada elemento es diseñado o elegido de acuerdo al espacio y realidad de cada unidad penal. De esta manera la colección bibliográfica, el mobiliario y las suscripciones a periódicos, por ejemplo, son únicos en cada recinto. Cada biblioteca cuenta además con un Centro de Recursos Digitales, que consiste en un laboratorio de computación implementado con contenido offline múltiple, dispuesto para favorecer los procesos de Alfabetización Digital, así como también para apoyar con recursos digitales las actividades laborales, educativas y de entretención que existen en cada cárcel.

La Biblioteca Pública de la cárcel está dirigida no sólo a internos, sino también a gendarmes, profesores, profesionales de las áreas psicosociales, funcionarios en general e incluso a los familiares de todas estas personas que habitan o trabajan en cada recinto penal. Cada uno de estos grupos es beneficiario, y a la vez cumple un rol fundamental, directa o indirectamente, para conseguir el objetivo del proyecto.

Fuente: Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas