• Más de un centenar de personas, entre empresarios, autoridades locales y de universidades, participaron en el seminario de lanzamiento del Barrio Gastronómico de Rancagua. El proyecto, ejecutado por la Universidad del Pacífico y financiado por el Gobierno Regional de O’Higgins, busca que los dueños de restaurantes del casco histórico de la ciudad desarrollen un potente circuito culinario y así potenciar el turismo.

Rancagua ofrece un interesante legado histórico-cultural; sus rincones y calles marcan la historia de la ciudad. La Casa del Pilar de Esquina es un claro ejemplo de ello, cuyos antecedentes de construcción datan de 1780, o la recién restaurada Iglesia de La Merced, que sirvió de refugio a las tropas patriotas en la Batalla de Rancagua. Esto, sumado a los distintos restaurantes que conviven en las principales calles del casco histórico, ofreciendo gastronomía típica de la zona huasa, convierten actualmente al centro de Rancagua en un destino atractivo para cualquier turista.

Sin embargo, la ciudad no ha logrado convertirse en un punto turístico consolidado. De hecho, el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre la región, reveló que durante el verano pasado el sector turismo marcó una estrepitosa caída en O’Higgins. Según el informe, en febrero la región marcó la variación anual más baja del país, con 10 mil turistas menos en relación al mismo mes del año pasado, y una caída en las pernoctaciones del 25%.

Aunque esta baja mensual se relaciona directamente a los incendios forestales que sufrió la zona, esta problemática no corresponde a un hecho aislado. La región de O’Higgins, históricamente ha tenido cifras turísticas bajas en comparación a las regiones cercanas.

Por estas razones es que la Universidad del Pacífico, junto al apoyo del Gobierno Regional de O´Higgins y la Corporación del Libertador, está ejecutando un proyecto que busca promover el fortalecimiento de la Agrupación de Empresas Gastronómicas del Centro Histórico de Rancagua, desarrollando el barrio bajo un proceso de innovación que permita a los empresarios mejorar su articulación con el mundo público y privado, implementando actividades para dinamizar sus redes de colaboración, transferencia tecnológica y comunicacionales.

Innovación a la carta

Pizzas a la piedra, sushi, pasteles de choclo, tapaditos, quesos y jamones de la zona, cervezas artesanales y ceviches, fueron algunos de los platos que los empresarios gastronómicos del casco histórico ofrecieron en el lanzamiento del proyecto para dar a conocer la oferta de sus restaurantes.

lanz1El evento, realizado la tarde del martes en la Casa de la Cultura de Rancagua con el nombre de “Marketing gastronómico, innovación a la carta”, contó con la presencia de dos expositores, el reconocido chef Quersen Vásquez, y el experto en gestión de proyectos gastronómicos Christian Linzmayer, quienes asesoraron a los participantes sobre identidad, calidad, rentabilidad en la industria gastronómica, asociatividad y fortalecimiento gremial.

El director del Centro de Competitividad de la U. del Pacífico y coordinador de la iniciativa, Alejandro Moreno, señaló que “el proyecto tiene como objetivo articular un barrio gastronómico, fortalecer su oferta y a su vez visibilizarla, es decir, que se concatene el entramado empresarial en torno a la gastronomía del centro histórico de Rancagua y ponerlo en valor en función de maximizar su demanda. Tenemos alrededor de 20 restaurantes y cafeterías, con todo tipo de comidas, tanto de la región como internacional”.

El Seremi de Gobierno de la Región de O’Higgins, Mauricio Valderrama, se refirió entusiasta al proyecto: “A nosotros no da mucha alegría ver cómo el sector gastronómico de Rancagua toma este desafío, este impulso. Se apoya en el gobierno para luego utilizar bien los recursos y poder, junto con la empresa privada y una universidad tan importante como la Universidad del Pacífico, avanzar en lo que es el desarrollo de nuestra gastronomía, en cómo demostrar la cultura de lo que hay y asociarla a un entorno y un barrio determinado”.

“El gobierno está disponible para seguir aportando en lo que es el entorno del centro histórico de Rancagua, para poder tener un mejor barrio, un mejor estándar y una mejor ciudad”, agregó, tomando en cuenta la necesidad de mejorar el entorno de la ciudad para implementar exitosamente el proyecto.

El consejero regional y presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Emiliano Orueta, ve con muy buenos ojos el desarrollo de este nuevo barrio gastronómico. “Desde que partió este proyecto, yo vi que tiene muchas posibilidades de ser un exitazo. Tenemos muy buenos productos, muy buenos locales en el centro, por lo que unirlos, generar asociatividad entre ellos y potenciar esto como un tema turístico es algo muy importante. Estamos potenciando las viñas de Cachapoal y veíamos que no teníamos restaurantes donde llevar a la gente, o mucho donde elegir. Con esto nos vamos potenciando, vamos armando un engranaje para dar el salto para ser una potencia turística como ciudad”, dijo.

Durante la ejecución del proyecto, los beneficiarios aprenderán a formular y planificar una agenda conjunta de eventos para maximizar la demanda de sus empresas. Se realizará una pasantía nacional e internacional, que llevará a los empresarios a conocer modelos exitosos en el desarrollo de territorios reconvertidos en concurridos barrios de índole gastronómica, cultural y patrimonial. También se realizará un arduo trabajo comunicacional para visibilizar la oferta de los empresarios, por medio de una página web oficial sobre el barrio, redes sociales y lo que será un hito para la ciudad: el lanzamiento de una guía gastronómica que mostrará todos los restaurantes del barrio con sus especialidades e información para turistas.

Se espera que el proyecto financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad, contribuya a impulsar el crecimiento de la industria turística de la región y que Rancagua utilice su gastronomía como una ventaja competitiva, generando una situación provechosa para los empresarios turísticos.

Fuente: Prensa Universidad del Pacífico