Por Daniela Silva Astorga [El Mercurio]

La muestra "ENTRE. Ejercicios de apropiación visual" nació de un trabajo educativo conjunto entre el museo y profesores de Arte. Las obras en exposición fueron pintadas por niños, jóvenes y adultos mayores.

El panorama sorprende, primero, porque se escapa de lo que habitualmente exponen los museos. La muestra didáctica "ENTRE. Ejercicios de apropiación visual" reúne 80 óleos pintados por niños, adolescentes y adultos mayores aficionados al arte, con ocho cuadros de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) que ellos eligieron para copiar -replicar con aportes propios- o citar -tomando para su trabajo algún elemento del original-.

Así en la exposición se ven originales y copias de "La viajera", de Camilo Mori; "La usina", de Matilde Pérez; "Paisaje en rojo", de Somerscales; "Algas marinas", de Luis Vargas Rosas; "No ha lugar", de Voluspa Jarpa; "Casas de San Marino", de Pedro Luna; "Jarrón con flores", de Inés Puyó, y "Naturaleza muerta", de Manuel Ortiz de Zárate.

Pero si bien esta curatoría didáctica sale de norma al presentar creaciones ciudadanas, también lo hace por el trabajo que la antecedió. Duró dos años y se ejecutó estrechamente entre el área de educación del museo y tres talleres artísticos: el de Maritxu Otondo, para niños de entre 3 y 10 años en Puerto Varas; el que integran alumnos de tercero y cuarto medio en cuatro colegios de Belén Educa, y el que Claudia Arévalo ofrece para adultos mayores en la Caja de Compensación Los Andes.

La primera etapa fue contemplar y estudiar, en términos plásticos, iconográficos y temáticos, el cuadro que les tocaría trabajar (los niños, por ejemplo, se basaron en "La viajera" y en "Algas marinas"). Recién después de eso, empezaron a pintar.

Más cerca del público

"El foco de esto es la apropiación del patrimonio junto con la reflexión y todo el trabajo de empoderamiento que existió para llegar a la muestra. Esta es una instancia totalmente participativa e inclusiva", apunta Graciela Echiburu, del área educativa.

"Para mí, pintar es desconectarse de la tierra", comentó Camila Navarro, de 9 años, en una sesión del taller infantil, que quedó registrada en uno de los tres videos que complementan la exposición. Los otros dos están dedicados al proceso creativo de los mayores y de los adolescentes, quienes trabajaron citas de "No ha lugar" y de "La Usina". Y así pasó que, como la primera obra presenta una mediagua, uno de los escolares pintó, a modo de cita temática, al "Divino Anticristo" -el vaganbundo que transita entre Lastarria y Plaza Italia con sus escritos y un carro de supermercado-, mientras que una compañera trabajó con la figura de una mujer desnuda. "Ella está en situación vulnerable, al igual que la mediagua", explicó.

"Nos sorprendieron los adolescentes -afirma Echiburu-. Se vincularon bastante bien con la obra de Voluspa Jarpa, quizás por la ubicación de sus colegios, sus realidades, sus biografías, o, simplemente, porque la juventud es más crítica".

La exposición "ENTRE" dialoga con "Copias & Citas" y "Tránsitos. Colección de Esculturas MNBA", dos muestras de reflexión en torno a la copia y a la cita en la historia del arte local y extranjero, que por estos días presenta también el museo.

"Toda esta línea de trabajo tiene el objetivo de plantear por qué una obra original tiene un valor distinto a la copia, que históricamente ha sido muy poco apreciada. Pero lo cierto es que la imitación es fundamental, porque aprender a copiar una obra significa aprender a entenderla", dice el director del MNBA, Roberto Farriol. Y agrega: "Muchas veces se piensa que el museo es solo para mirar, y no. También es para participar, para salir de aquí con ganas de crear, para que el individuo tenga un diálogo con la obra. Esa es una forma de ponerlo a él en valor".

Fuente: El Mercurio | Fotografía de Esteban Fuentes