• La artista chilena, que vive hace más de 50 años en París, y fuera amiga Wifredo Lam y Roberto Matta, se encuentra hoy en Chile presentando una serie de pinturas y grabados en el Centro Cultural Las Condes.
  • El jueves 16, a las 20 horas, Irene ofrecerá un íntimo concierto de tango en el Salón del Centro Cultural.

Radicada en París desde hace medio siglo, Irene Domínguez posee una de las obras más reconocibles y estimulantes de nuestro medio. Con ironía y astucia, esta chilena universal construye escenas donde lo pictórico se funde con otras técnicas para dar paso a un nuevo lenguaje de texturas y sensaciones.

En el Centro Cultural Las Condes presenta hasta el 3 de mayo la exposición Mi vida es un tango, una serie de pinturas y grabados en torno a su gran pasión. Su motivación por cantar tangos nace gracias a su padre, abogado y político, quien le pedía cantar en las manifestaciones con sus adherentes. Irene relata que al principio estaba “muerta de vergüenza” y que cree que cantaba mal pero que la aplaudían mucho. Así, poco a poco, se habitúa a este ejercicio de cantar en público y termina por gustarle y se transforma en algo muy importante para ella.

En el marco de la exposición, la propia Irene realizará un concierto íntimo de tangos el jueves 16 de abril, a las 20 horas, en el Salón del Centro Cultural, con entrada liberada.

Nacida en Santiago en 1930, desde pequeña Irene Domínguez comienza a dibujar, primero, intentando imitar los dibujos de animales que hacía su padre, y luego, haciendo retratos de su familia y amigos. Ya en su juventud, ingresa a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Católica, luego se cambia a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde es discípula de Pablo Burchard, Oskar Trepte y Ramón Vergara Grez. Allí encuentra el ambiente estimulante que buscaba.

Integra el Taller 99 y participa del Taller de Gráfica Popular. Además, incursiona en teatro, participando durante cinco años en el grupo ICTUS.

Vida en París

En la década del 60 llega a París, sin dinero, sin conocer a nadie ni hablar una palabra de francés, pero la madre de una amiga la ayuda en este comienzo. En 1963, una amiga le presenta al pintor cubano Wifredo Lam, quien tenía dos hijos pequeños y la contrata como baby-sitter.

Pero su desempeño en el puesto no es precisamente bueno y, tras un año, Lam y su esposa le proponen reemplazarla en sus funciones y es así como se convierten en sus mejores amigos. En las cenas donde los Lam, conoce a intelectuales y artistas como el poeta Gherasim Luca o Élisa Breton. Mientras, hace pequeños trabajos para solventar sus gastos y una tía de Roberto Matta le arrienda una pieza.

Con la llegada de la democracia retoma su contacto con Chile y en 2003, Milan Ivelic, por entonces director del Museo de Bellas Artes de Santiago, la invita a exponer allí. Viaja constantemente a Chile, para participar de encuentros artísticos y ver a su familia y amigos de infancia.

Fecha:           27 de marzo al 3 de mayo de 2015

Lugar:           Salas de Exposición. Centro Cultural Las Condes Apoquindo 6570 Teléfono:     562 28969800 Horario:        Martes a domingo, 10:30 a 19:00 horas Entrada:       Liberada