Esta es una de las celebraciones religiosas más importantes que se realizan durante febrero en nuestro país. Una fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria que tiene fuerte presencia en la zona norte de nuestro país -aunque también hay localidades del sur que celebran esta fecha- así como en la zona altiplánica de Bolivia, Perú y en algunos lugares de Argentina, entre otros países de Latinoamérica.
Esta celebración llegó al continente de la mano de los conquistadores españoles. Se trata de una fiesta de devoción a María, cuyo nombre deriva de la luz de la candela. Esto tiene especial significado ya que recuerda la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén por parte de la Virgen. El 2 de febrero es, según el calendario litúrgico, la fecha en que se conmemora la purificación de María, cuarenta días después del nacimiento de Cristo.
El rito a la Virgen de la Candelaria es especialmente fuerte en España, país donde ella es la patrona de Tenerife y de las Islas Canarias.
Catalina Mansilla, investigadora en el área de etnoestética de la Universidad Católica, explica que la Fiesta de la Candelaria se celebra el 2 de febrero en los pueblos de Codpa, Belén, Zapahuira, Surire, Socoroma, Ancolacane y Chirigualla, ubicados en Arica y Parinacota. “Pero el culto a la Candelaria está presente también en otras localidades de esa región e incluso se suele participar durante las ceremonias patronales de los pueblos, en distintas épocas del año, donde se sale a acompañar al Santo Patrón durante la procesión. En todo caso, la época que se despliega a partir del 2 de febrero en este territorio es muy importante para los campesinos de la zona, puesto que se inicia la época fértil con las lluvias estivales. La ‘mamita’ Candelaria protege y ayuda a las personas, por eso se le tiene tanto cariño”, comenta la experta.
Respecto a su importancia en términos de los procesos de sincretismo, “se ha hablado mucho de la relación entre la Virgen y la Pachamama, pero también existe otra lectura, que yo he visto aplicada en el caso de Cobija (localidad del norte de Chile), y que tiene que ver con la asociación de la Virgen con las T’allas, espíritus protectores que se asocian a los montes bajos o colinas y que vienen a ser la contraparte femenina de los Mallkus o Achachilas”, comenta Catalina, quien realiza una investigación en esa zona de Arica y Parinacota.
Si viaja en estas fechas al norte de nuestro país es posible ver estas celebraciones en ciudades y pueblos del Norte Chico tales como Copiapó y Mincha.