La artista proveniente de una familia que practica la tradición alfarera de Quinchamalí desde hace cinco generaciones, utiliza la técnica y lenguaje de este quehacer, propio de la Región del Ñuble. En su obra crea figuras y representaciones que manifiestan las memorias, prácticas y problemáticas femeninas, asociadas al territorio y cultura que habita. Así, mediante la articulación de los saberes del matrilinaje, propone un nuevo imaginario empleando la cerámica negra, caracterizada por incisiones, pintadas con tierra blanca.
“Mi obra siempre ha estado centrada en las problemáticas femeninas, en las nociones, creencias, prácticas, saberes y procesos que pueblan nuestros cuerpos y territorios. La tradición de la cerámica negra pulida, me fue traspasada por un largo linaje de madres -en el que también participó mi padre a través de la quema-, y me permite evidenciar la desigualdad, de cómo se categorizan nuestros cuerpos o de los espacios que ocupamos en la sociedad”, explica la artífice.
La curadora MNBA Gloria Cortés Aliaga explica que su práctica artística “disuelve la frontera entre lo que se considera arte popular con lo canónicamente establecido para las artes visuales. Esta eliminación de barreras que obedecen a la organización cientificista y académica, permite la alteración de las narrativas y el entrecruce con producciones incómodas y no homogéneas para la grilla institucional”,
“Torsos femeninos desnudos realizados bajo la técnica tradicional quinchamalina, actúan como bisagra entre la herencia del hacer popular, con el problema de la representación de memorias personales y comunitarias, especialmente las femeninas”, agrega Cortés.
Con tres piezas de cerámica que representan desnudos, la intervención se sitúa en el hall del Museo junto a la copia clásica de la Venus Arrodillada (Ernesto Gazzeri, ca. 1900) de la Colección MNBA, contraponiéndose no solo los cánones académicos de belleza e ideal femeninos, sino también aludiendo a cruces interseccionales, relacionados con conceptos como clase, género y origen, entre otros, para problematizar estas cuestiones al interior de la propia colección del museo y de los modos de enunciación, como también para dar cuenta de las ausencias de personas pocas veces escuchadas y alejadas de los espacios de visibilización y poder.
En dos cerámicas Núñez retrata a su bisabuela Rosa Caro, conocida como Berta, partera y matriarca de la tradición alfarera. En la otra, con el título Disforia, invita a reflexionar en torno a las identidades de género, especialmente sobre el sentimiento de incomodidad e infelicidad sobre cuerpos considerados ajenos a sí mismos. Se trata de “las corporalidades históricamente subalternizadas, en un proceso de creación de imágenes emancipadoras, rebeldes, de autoalteración de la vida, de intensidades subjetivas y micropolíticas”, concluye la curadora.
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Como parte de la programación del Día Internacional de la Mujer, este martes 8 de marzo a las 12:00 h, en una nueva versión de la actividad Desde el Museo, el equipo de Mediación y Educación del Museo Nacional de Bellas, conversará con Carolina Tapia, jefa del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional, sobre la intervención de Nayadet Núñez Rodríguez. La actividad se transmitirá en directo en el canal de Youtube del Museo.
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