Por Francisca Jiménez
En el colectivo de arpilleristas Memorarte, que se conformó hace cerca de cinco años bajo la consigna “bordamos para incidir”, sus integrantes cuentan que sus obras siempre tienen un trasfondo y que no están exentas de crítica social. “Vamos a muchas marchas y llevamos nuestros lienzos para protestar, por ejemplo, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en el de la Causa Mapuche y el 11 de septiembre, entre otras fechas en las que nos parece importante participar activamente por causas políticas, sociales y de derechos humanos”, comenta Cynthia Imaña, una de las voceras de Memorarte, sentada en el stand de la Muestra Internacional de Artesanía de la Universidad Católica, en la que participaron.
Si bien cuando se creó el colectivo no todas estaban ligadas a esta técnica textil, algunas de ellas sí tenían relación con el bordado. Recuerdan que comenzaron a trabajar en el taller de Erica Silva en la población La Victoria, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, lugar al que pertenecen y donde continúan su labor. Actualmente son cerca de once las mujeres que trabajan activamente en el colectivo. Se las reconoce por sus alegres atuendos ya que, por lo general, llevan una toca con flores en sus cabezas y blusas bordadas.
Para ellas lo importante es mantener la técnica del bordado, usar personajes y temáticas que las inspiren. Una de estas figuras emblemáticas es Violeta Parra, quien fue ampliamente celebrada en el centenario de su muerte y también en la Muestra Internacional Artesanía UC bajo el título de “Violeta artesana”.
El colectivo ha trascendido fronteras y este año viajó a Europa, donde visitó varios países difundiendo su obra. Uno de ellos fue Gran Bretaña. “En Londres participamos en un seminario sobre el arte textil como instrumento para la defensa de los derechos humanos”, comenta Cynthia, quien agrega que la técnica de la arpillera es hoy ampliamente usada a nivel mundial como arteterapia, para tratar a personas que han sido víctimas de conflictos, guerras y migraciones forzadas. También viajaron a Alemania, Francia y Grecia, países donde dieron a conocer sus bordados.
Para Ximena Fernández, otra integrante del colectivo, el nombre Memorarte surge de la memoria y de cómo la mujer es transmisora activa de esta a través de las generaciones. “Somos nosotras las que normalmente relatamos la historia familiar y del pueblo. En ese sentido, Violeta fue y es lenguaje femenino. Nosotras hoy bordamos para incidir”, concluye Ximena. @colectivomemorarte / @memorarte
Publicado en: Revista MásDeco - La Tercera