Por Francisca Jiménez.
Cuando uno piensa en las artesanías del archipiélago, suele asociarlas a la lana. Sin embargo, hay un sinfín de objetos que se realizan con fibras vegetales. En la inauguración de la muestra “Chiloé, archipiélago de oficios, ingenios y saberes artesanales”, conocí a Dani Miranda, una joven cestera representante de la agrupación de La Ballena Dormida de la isla de Llingua. “Cuando yo era chica trabajaban hombres, mujeres y niños. Así que era como una obligación saber de cestería. Yo de los siete u ocho años veía que mis tías hacían cosas bonitas y así me nació también seguir sus pasos. Yo aprendí exclusivamente de mi familia. Al principio me atreví con un pequeño círculo y después seguí con los cestos. Hoy lo que más se encarga son figuras ligadas a la mitología. Pero también salen las paneras, los individuales, etcétera. Yo hago además reproducciones de chalupas, que son antiguas embarcaciones chilotas que se usaban como medio de transporte”.
Comenta que ha sucedido que el oficio se ha extendido más allá de la isla de Llingua, ya que varias mujeres han enseñado la cestería a otras personas de Chiloé.
Las fibras vegetales que se usan para las piezas de artesanía son el quiscal –que es nativo– y la manila o ñocha –que es introducida y es necesario cultivar–. Ambas tienen un proceso antes de ser trabajadas. En el caso del quiscal, por ejemplo, hay que salir a recolectar y cosechar las hojas más tiernas. Como tiene muchas espinas es necesario limpiarlas, luego se cuecen para que queden blandas y se dejan secar. Para trabajarlas finalmente se tienen que humedecer. La preparación de la manila es similar a la del quiscal, ya que sus hojas son parecidas aunque sin espinas.
Cuenta que todas las artesanas trabajan en sus casas. “Como somos mamás, dueñas de casas, agricultoras y pescadoras, nos instalamos detrás de las cocinas a leña, que es el lugar donde también se seca la fibra. En nuestros ratos libres nos dedicamos a hacer piezas de artesanía”.
Además, es posible ver diferentes piezas de cestería, tales como grandes canastos especiales para preparar chuño (un producto típico en base a papa) y chicha de manzanas.
Por otro lado, la exposición muestra otros aspectos de la artesanía de Chiloé, tales como figuras de madera policromada, barcos en miniatura del artesano Triviño y textiles antiguos y modernos tales como alfombras, frazadas y bajadas de cama, entre otras piezas.
Publicado en: Revista MásDeco, La Tercera