Rosario Perriello es una artista inquieta. Explora nuevos medios, se preocupa por la contingencia, pero todo ello, aparece filtrado por un riguroso trabajo con las técnicas empleadas. Cerámica, pintura, escultura. Quizás sean los extensos viajes en bicicleta de su casa al trabajo, en el ya célebre Taller León, los que la mantienen conectada a la ciudad, a sus problemas, sus vaivenes y desde luego, su estética caótica.