Se trata de un proyecto realizado por los artistas y artesanos del Taller Rag Mapu gracias a un Fondart Regional Línea Cultura de Pueblos Originarios 2022.
Hasta hace no muchas décadas, según recuerdan los kuifikeche (los antiguos), en las familias mapuche se acostumbraba a preparar el muday, la chicha, en unos grandes cántaros de cerámica: los meñkuwe. Estos llevaban asas, para facilitar su traslado, y la bebida se hacía fermentando maíz, quinua, piñón o trigo, entre otros.
Se ha podido investigar y recrear estos objetos gracias a un proyecto presentado a Fondart Regional Línea Cultura de Pueblos Originarios 2022, por la ceramista mapuche Yimara Praihuán, fundadora del Taller Rag Mapu, en Pukura, comuna de Panguipulli.  En el marco de la investigación, han encontrado algunos de estos ejemplares en museos, y también en casas de familias y comunidades mapuche. Mas, el objetivo ulterior no es sólo ahondar en su historia y su pasado sino devolverle su uso tradicional al interior de las comunidades mapuche actuales, resituarlos en los tiempos presentes. Asimismo, fomentar la reintroducción de bebidas consumidas por los ancestros, como el muday (o muchay, como se le denomina en otros territorios), es parte importante de esta iniciativa, pues también tiene un componente de rescate de prácticas culinarias mapuche.
Para llevar a cabo su propósito, la artista y alfarera Yimara Praihuán, en conjunto con el escultor Juan Holguín, cofundadores del Taller y Galería de Arte Rag Mapu, recrearán seis piezas de meñkuwe, en el formato tradicional y siguiendo las técnicas de modelado y cocimiento ancestral de esta cerámica. “Una vez que tengamos listos nuestros meñkuwe, procederemos a regalarlos a seis mujeres que son importantes representantes y difusoras de nuestra cultura, en diversas áreas, desde la gastronomía, al turismo, en diversos emprendimientos, y algunas de ellas practican la elaboración del muday”, explica Yimara.
Estas mujeres son María Elsa Pichumilla, de Feria Pukura; Angélica Chincolef, de Fortín Mapuche; Pamela Hueicha, el Sendero Azkintuwe; Beatriz Chocori, de Espacio Trafkintuwe Panguipulli; Margarita Caripan, de Traitraico, Saberes y Sabores; y Cecilia Caniuman, de Rayén Mawiza (turismo local).
Los meñkuwe serán emplazados en sitios de alta visibilidad dentro de los sitios que ellas han desarrollado, en sus emprendimientos. En cuanto a la familia Caripan, que también recibirá una de estas piezas de alfarería ancestral, o wizün, ellos practican desde hace varias generaciones la cocina mapuche, en Traitraico; saberes transmitidos de madre a hija. Margarita Caripan es también quien está apoyando el proyecto desde una investigación estético-antropológica llevada a cabo en distintas instancias, recabando información de viva voz de parte de las comunidades mapuche, como cotejando con archivos de crónicas donde se menciona la presencia de estos artefactos cerámicos.
Finalmente, las piezas creadas y el registro fotográfico y audiovisual del proceso de elaboración de éstas se presentarán en una exhibición a público que se llevará a cabo el 19 de noviembre, en el Lof (comunidad) de Pukura. Durante este evento, los asistentes podrán admirar las piezas y su historia, y degustarán las preparaciones tradicionales mapuche que la familia Caripan viene desarrollando en su tierra, pues la coctelería mapuche estará a cargo de Traitraico Saberes y Sabores.
Vale la pena destacar que Pukura, que se encuentra en la región de Los Ríos, es particularmente rica en expresiones de alfarería mapuche ancestral; de hecho, aquí se han encontrado vestigios de una de las líneas más antiguas del sur de Chile, como lo es la cerámica mapuche del período alfarero temprano, que data del 300-1.200 D.C, (edad determinada en base a hallazgos y estudios realizados en distintos sitios arqueológicos, como cementerios, aleros y sitios habitacionales del lago Calafquén).
“Para nosotros, rescatar el uso de los meñkuwe es muy importante porque cada paso que damos, cada nuevo procedimiento que rescatamos nos lleva a un conocimiento mucho más profundo, y hay numerosas otras voces que se van incorporando al relato que se está reconstruyendo. Estamos aprendiendo mucho a través de este proyecto, y recién estamos empezando. Además, se han develado aspectos ceremoniales, por ejemplo, nos enseñaron a efectuar el proceso de quema y de extracción de la greda respetando los antiguos rituales del wizün (alfarería mapuche), esto es, haciendo ofrendas, pidiendo permiso a los ancestros”, concluye Yimara Praihuán.
La iniciativa liderada por el Taller Rag Mapu en Pukura, devuelve el wizün a su rol principal, como una expresión material y espiritual que es contenedora de la cultura mapuche, una cultura ancestral viva que ha resistido a la invasión y colonización por más de cinco siglos.