La exposición estará en las salas 1 y 2 del Museo de Artes Visuales entre el 25 de septiembre y el 28 de noviembre de 2021. Para visitar el MAVI, sólo hay que escoger un día para ir e inscribirse sin costo en mavi.cl/visitanos. La iniciativa cuenta con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras.
Una de las obras centrales de esta exposición hace eco del gran impacto que tienen los incendios forestales y el excesivo uso de monocultivos en los ecosistemas. Trabajando en un amplio rango de escalas y medios, la presente exposición busca crear una imagen que refleje de alguna manera las interacciones humanas y no humanas en Chile, su fragilidad y acelerada transformación, así como también llamar nuestra atención sobre el rol que cumplen diferentes seres como hongos, murciélagos y líquenes en mantener el equilibrio de nuestros ecosistemas.
Entendida como un diorama de historia natural, esta exhibición se toma como un dispositivo que, al ser deconstruido, permite repensar a su vez en la idea de naturaleza como construcción cultural y en particular en el contexto chileno, presentando conceptos como ausencia, extinción y la agencia humana en el ecosistema.
Diorama en expansión es parte del Premio MAVI Arte Joven 2020, cuenta con la curaduría de Carolina Castro Jorquera, y es producto de una colaboración de largo aliento entre Rodrigo Arteaga y la curadora, así como también con artesanas/os, biólogas/os, ilustradoras/es, sonidistas y artistas sin quienes este proyecto no hubiese sido posible. La exposición cuenta con la colaboración de Marcela Mella; Danitza Moya; Catalina Huala; Sandra Aranda y Roberto Sandoval del colectivo Manos del Sur; Gabriel Arteaga; Gregorio Fontén de Laboratorio del Eco; Robert Muñoz Alocilla y Antonia Flandes de FungiFest; Cristóbal Stock; Adam M. Wilson; Irene Abujatum de Galería AFA; Ricardo Rozzi; Raisa Bosich; Pablo Arteaga; José Mulatti; Katia Abarca y Javier López; Romy Rementeria y Mark Long.
La práctica de Arteaga transita entre diversos medios como la instalación, la escultura, el dibujo y el sonido. Su trabajo se pregunta acerca de la compleja relación entre naturaleza, cultura y representación, a través del análisis de dispositivos y métodos asociados a la historia de la ciencia.
Su interés en trabajar a través de diferentes áreas del pensamiento lo ha llevado a colaborar con especialistas en campos como la Microbiología, Bio-Fabricación, Micología, Historia Natural, Botánica y Arquitectura. Su trabajo frecuentemente aborda las complejidades entre relaciones humanas y no-humanas, la fragilidad del conocimiento y las certezas, desenterrando los enigmas codificados de nuestra relación con el entorno.
Sobre las obras en la exposición
Monocultivos (pinus radiata y eucaliptus globulus) es la obra con que Rodrigo Arteaga obtuvo el XIV Premio MAVI Arte Joven, el año 2020. Se trata de una serie hecha en colaboración con Marcela Mella y representa siluetas de hojas, ramas y semillas de las dos principales especies de árboles que conforman la industria forestal chilena. Están dibujadas mediante la quema manual y directa del papel. Se sugiere la relación de estas dos especies con los incendios forestales que afectaron al país el año 2017, pero que siguen ocurriendo todos los años. El trabajo las presenta como ausencias, o como un intento de llenar algo de vacío. Y la repetición obsesiva de estas remite a la idea de monocultivo. El papel a su vez proviene de los árboles cerrando así su ciclo de producción. El proceso de ejecución de estos trabajos replica el incendio y la escala del trabajo sitúa al espectador en escala de uno a uno creando una sensación de paisaje.
Los Árboles Estructura son una serie de esculturas hechas a partir de cortezas de árboles encontradas y junquillos de pino. La estructura reticular de madera reemplaza el volumen exacto que ocupaba el árbol creando una tensión entre ambos. En el caso de Dispositivo para sostener un árbol se observa un árbol que fue recogido en Laguna Verde, Valparaíso, encontrado cortado a la orilla de un camino. El árbol está sujeto por una estructura que lo sostiene, pero que al mismo tiempo lo desarma. Es un intento por visualizar la torpeza con la que muchas veces nos relacionamos con diferentes especies. La estructura sigue una lógica de crecimiento orgánico sosteniendo de manera precaria toda la frágil estructura. En Árbol vitrina, la idea es la misma, pero en este caso es una planta más pequeña y que está inmersa en el dibujo espacial de una vitrina abierta. Por su parte, Árbol caído es un tronco de Eucaliptus Globulus fragmentado y, de alguna manera, reconstruido por una densa retícula orgánica de madera que pareciera estar en proceso de construcción o de-construcción.
Para la obra sonora Cole-cole (aguas oscuras), hecha en colaboración con Gabriel Arteaga y Simón Orozco, se toma como punto de partida una grabación de campo realizada junto a Simón Orozco hace seis años en un bosque nativo en Cole-cole, Chiloé. Durante la cuarentena, en colaboración con Gabriel Arteaga, a partir de la grabación original hemos imitado la mayor cantidad de sonidos de forma casera utilizando la voz y elementos como agua, ramas secas, entre otros. Al ralentizar el sonido de aves, insectos, entre otros animales se vuelve posible imitarlos con la voz humana al volver a acelerarlos a la misma velocidad del original. El sonido de ese paisaje específico es utilizado como una partitura para imitarlo lo más exactamente posible. El sonido está presente en la sala mediante 6 parlantes instalados en un círculo.
Pintura de paisaje es una contradicción en el sentido de que no es una pintura sino una colección de objetos, que aluden a la historia de la pintura y del paisaje, pero que en este caso está “hecha” de “paisaje”. Se plantea una idea de naturaleza híbrida, industrial, extractivista, más cercana al paisaje actual. En la serie Variaciones de Hongos una estructura de madera que se asemeja a un bastidor de pintura pero que en este caso contiene y ordena una serie de hongos deshidratados, aunque al mismo tiempo los hongos parecen crecer de donde naturalmente lo harían.
El Móvil de murciélagos consiste en 30 murciélagos hechos de lana por el colectivo Manos del Sur de Villarrica, instalados en esculturas móviles colgantes que los balancean y permiten su movimiento. Es en sí mismo una revisión del dispositivo de la exposición como diorama de historia natural. Esta vez de-construido y expandido al espacio. El diorama histórico es un fragmento de segundo detenido en el tiempo, una fotografía espacial. El móvil por un lado subvierte esta idea de quietud y la reemplaza por un movimiento hipnótico. Es un teatro o una ficción de la realidad. Las ideas de balance y equilibrio en los móviles son cruciales para pensar en la ecología y aquí se vuelven físicas. Los murciélagos son agentes importantísimos para los ecosistemas, pero sin embargo existen muchos prejuicios sobre ellos. Todavía no hay evidencia científica acerca de si es que el virus Covid-19 saltó desde un murciélago hacia los humanos, pero en muchas partes del mundo se les echó la culpa teniendo consecuencias graves para estos animales tan vitales para los ecosistemas.
También en el ámbito de la fauna está Sin título (serpiente), que es la representación escultórica de un esqueleto de serpiente hecho con uñas del autor que fueron acumuladas a lo largo de cinco años, y Zoología práctica: gato, una escultura que representa los huesos de un gato doméstico, pero que están hechos de pulpa de papel de un libro de zoología.
Ilustraciones científicas de contexto, hechas en colaboración con Marcela Mella y Danitza Moya, consiste en una serie de ilustraciones científicas que se proponen ir un paso más allá de la lógica del espécimen para incluir los contextos de clasificación y taxonomías de las colecciones que albergan diversos objetos naturales y culturales del territorio nacional, pero que se encuentran dispersas en diferentes colecciones en el mundo.
RODRIGO ARTEAGA (Santiago de Chile, 1988) vive y trabaja en Valparaíso, Chile. Master of fine arts en Escultura, Slade School of Fine Art, University College London (2018) y licenciado en Artes Visuales con mención en Grabado, Universidad de Chile (2010) donde obtiene el título de grabador.
Entre sus exposiciones individuales destacan “Placed into abyss” en Kostka Gallery, Meet Factory en República Checa; “This path one time long time ago” en el Potteries Museum en el Reino Unido; “Just as the daylight was fading” en Sobering Galerie en Francia; “De ideas una historia natural, parte II” en Galería Tajamar en Chile; “Hybridae” en Galería AFA en Chile.
Ha participado en la VII Moscow International Biennale for Young Art en Rusia; IV Trienal Poli/Gráfica de San Juan, América Latina y el Caribe en Puerto Rico; Bienal Internacional SIART 2013 en Bolivia; 11ª y 14ª Bienal de Artes Mediales en Chile. Su trabajo ha sido parte de exposiciones grupales en Hong Kong, Francia, Reino Unido, Alemania, España, Bolivia, Perú, Puerto Rico, Argentina, Venezuela, Colombia y Chile.
Retrato de Rodrigo Arteaga. Praga. 2018. Por Libor Galia.
El Museo de Artes Visuales es financiado por el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que busca fortalecer y dar continuidad a instituciones y organizaciones culturales de derecho privado y sin fines de lucro. Este programa además es parte del Sistema de Financiamiento a Organizaciones e Infraestructura Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que integra, articula y coordina de forma transversal los planes, programas y fondos orientados al fomento y apoyo de las organizaciones, de la infraestructura cultural, y de la mediación artística. Todo esto con una vocación descentralizada, mecanismos participativos, y la promoción de la creación de redes y asociaciones.