• El 10 de noviembre termina la exposición de la destacada artística cinética, Matilde Pérez.
  • En esta exhibición se podrán ver esculturas lumínicas, algunas de ellas restauradas para la muestra, que forman parte de una faceta menos conocida de la artista.
 “Matilde Pérez, lumínica” es la última exposición que se deja ver en el Centro Cultural El Tranque de la Municipalidad de Lo Barnechea. La artista, fallecida en 2014, fue una de las principales exponentes del arte cinético chileno. Pionera y vanguardista, la creadora trabajó constantemente en la búsqueda de formatos diferentes a los que se usaban tradicionalmente en el mundo del arte. La incorporación de la luz a sus trabajos fue una de las facetas menos conocidas de la artista. En la muestra el público asistente podrá ver catorce esculturas lumínicas, que constituyen una parte menos conocida de la obra de la artista. Una mujer que incorporó la ciencia y la investigación en su obra, mostrando fenómenos como la vibración del color y la generación de secuencias. Los curadores de la muestra, Morgana Rodríguez y Manuel Basoalto, destacan que en la exposición, 'Matilde Pérez, lumínica' existe "una oportunidad extraordinaria para entender los fundamentos de la aventura creativa de una mujer pionera en la escena artística del siglo XX". La obra de Matilde Pérez se vincula siempre a experiencias que vienen de la ciencia y de una rigurosa investigación. Se trata de una obra de arte que se genera y se concibe dentro de un pensamiento cercano al estudio de los principios de la física cuántica, los fenómenos lumínicos y de la percepción.  En las obras expuestas en esta muestra, la artista se enfrenta a la comprensión de los efectos de la vibración del color, a la reacción de los materiales y a la generación de secuencias que descubre mientras avanza en su trabajo. Estos principios son los que guiaron al Movimiento Cinético desde su inicio con Víctor Vasarely, Jesús Rafael Soto, Julio Le Parc, Carlos Cruz Diez, entre otros. Matilde Pérez formó parte de este grupo en París durante los años 60. “Nada es casual en la obra cinética de Matilde Pérez, como su concepto de la luz y su particular uso del color en cuanto vibración pura que se debe controlar para abrir nuevas puertas a otras experiencias que el ojo humano puede descubrir. Otra característica de la artista es que no titula sus obras, prefería que frente a sus creaciones nadie fuera inducido ni sesgado, que cada uno tuviera una percepción libre. Le gustaba que sus obras tuvieran siempre nuevas posibilidades y dimensiones de interpretación”, explican ambos curadores.   Sobre la muestra, el hijo de Matilde Pérez, Gustavo Carrasco, comenta que “lo que hace diferente esta exposición de otras es que en ésta se privilegian obras lumínicas y en metal. Lo que no había sido exhibido antes son unas en bronce", comenta. Por otro lado, destacó la restauración que se hizo de los circuitos eléctricos de las obras lumínicas, los que datan de los años ‘60 y ‘70.  Siempre "respetando el movimiento que mi madre creó, pero esta vez con un sistema nuevo”, asegura.