Por: Francisca Jiménez 

¿Es posible pensar en las rutas patrimoniales sin sus habitantes? ¿Algo así como inmuebles correctamente restaurados pero vacíos? ¿Meras fachadas?

Es sabido que mientras la población urbana crece a pasos agigantados, la rural disminuye drásticamente. Según estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Nacionales Unidas, ONU, el 68% de la población mundial vivirá en ciudades hacia el 2050. Actualmente, cerca del 55% de las personas en el planeta ya lo hace.

Pues bien. ¿A qué voy con todo esto? A que las zonas rurales están cada vez más vacías y que los esfuerzos en torno al rescate patrimonial que se hacen en ellas deben lidiar, desgraciadamente, con esta situación.

Hace unos meses realicé, por segunda vez, un recorrido por el altiplano de Arica y Parinacota. Un fantástico viaje que recomiendo hacer especialmente en familia o en grupo para conocer esta poco difundida región de belleza impresionante. Los paisajes culturales son su gran acervo. Fiestas, iglesias y gastronomía en un entorno natural cordillerano son el principal atractivo de esta zona.

El trabajo público-privado en torno a la puesta en valor del patrimonio que se ha realizado en la región es importante. La restauración de iglesias de la mano de entidades privadas y del gobierno regional es visible, sobre todo si se toma en cuenta la cantidad de catástrofes naturales que han azotado el entorno en los últimos años, tales como sismos y aluviones, lo que hace que los esfuerzos, muchas veces, se tengan que duplicar.

Sin embargo, hay un tema que me da vueltas cada vez que visito ese tipo de lugares. Se trata de sus habitantes. ¿Es posible mantener a largo plazo las rutas patrimoniales y hacerlas sostenibles solo con la presencia de personas mayores y sin recambio generacional? ¿Qué políticas o acciones hacen falta para que los jóvenes opten por quedarse o irse a vivir a esos lugares y no solo los visiten durante las fiestas? Posiblemente se necesita trabajo y mejores oportunidades en educación y en salud. Pienso que esas dimensiones deben ser consideradas a la hora de pensar en hacer perdurable nuestro patrimonio en el tiempo.

Iglesias de Chiloé

Recientemente, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, impulsó la realización del primer estudio e inventario público de iglesias patrimoniales chilotas, específicamente de aquellas que pertenecen a la tipología Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, el que recogió información de su patrimonio cultural material e inmaterial e identificó más de 150 templos en la zona. patrimoniocultural.gob.cl

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Valdivia

La Universidad Austral de Chile (UACh) realizó una rehabilitación patrimonial en las casas Reccius y Holzapfel que componen su Casa Central. Se trata de un ejemplo de edificios de mampostería y estuco diferentes a la arquitectura de madera y latón que tuvieron que ser construidos después del gran incendio de 1909 en aquella ciudad. En el libro “Casa Central. Proyecto de Intervención Patrimonial” se puede leer sobre el trabajo de restauración. uach.cl

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