Por Francisca Jiménez

Cuenta Catalina Camus, periodista e historiadora, que a raíz de un viaje a Cochrane se enteró de la existencia de un grupo de bordadoras que vive en las cercanías del río Baker, en la Región de Aysén. “En la casa de una artesana vi por primera vez una tabaquera bordada en cuero de ñandú hecha por ella hace unas tres décadas. Nunca antes había visto una pieza así en los años que llevaba viviendo en la Región de Aysén. Llena de colores y flores, para mí fue como encontrar un tesoro. Empecé a preguntar por la tradición de bordar estas prendas, y no había mucha información, nadie sabía quién bordaba en la localidad, todos respondían que ya no se hacían esos trabajos, que antiguamente se encargaban. No había nada igual en el Mercado de Artesanía. Eso me llamó la atención. Me fui a la biblioteca a leer y tampoco había mayores referencias… hasta que, por esas sincronías de la vida, cuando me tocó trabajar con tejedoras de Cochrane y las visitaba en sus casas para entrevistarlas, comencé a encontrarme con algunos bordados guardados hechos por ellas, sus mamás o sus hermanas. Así comencé a fotografiar estas prendas, a rellenar una libreta con los nombres de todas las que alguna vez bordaron y las que continúan haciéndolo. Fue como tirar una fibra de lana y desenredar una madeja, ya que en cada viaje descubríamos más bordadoras. Además, se empezaban a pasar el dato que estaban preguntando por mujeres que bordaran y así llegamos a identificar a más de veinticinco. Una maravilla”, explica la investigadora.

Y agrega que “las invitamos a un encuentro de bordadoras en el contexto del aniversario de Cochrane en marzo, y llegaron todas. Desde sus campos aislados y desde el mismo pueblo, todas juntas bordando, recordando historias y manifestando su amor por esta tradición. Fue un verdadero regalo para ellas”, comenta.

Con su socia en este proyecto, Marcia Faúndez, quien es educadora y artesana textil, se embarcaron en este trabajo. Gracias a un Fondo Nacional de Desarrollo Regional de la Región de Aysén, la dupla ha podido difundir esta tradición de bordar prendas para el hogar y otras para acompañar la vestimenta gaucha, a través de un corto documental que cuenta sus historias de vida y oficio.

“Para nosotras era un sueño filmar esos paisajes tan apartados y maravillosos, el viento, el río Baker, el cielo, las montañas, esas manos bordando, esas sonrisas, esos bordados, sus costureros, sus jardines de flores, sus vidas simples y alegres, conectadas con la naturaleza y con este oficio de herencia familiar. Fue así como contactamos a Niebla Producciones, que se entusiasmaron para realizar este registro audiovisual. Conseguimos apoyo de la Municipalidad de Cochrane y comenzamos esta aventura de adentrarnos en las profundidades rurales de la zona para visibilizar, poner en valor y en el mapa de las bordadoras chilenas a estas mujeres que viven en la cuenca del Baker y que preservan un oficio colorido y patrimonial”, concluye Catalina.

Las Bordadoras del Baker son un grupo de alrededor 25 mujeres, en su mayoría personas mayores, quienes han vivido toda su vida en la Patagonia. El hecho de haber sido ‘descubiertas’, de algún modo las ha impulsado a tomar conciencia de este oficio y a seguir creando y poner en valor su trabajo de rescate patrimonial.  Se puede seguir el proyecto en la cuenta de Instagram @bordadorasbaker