Por Francisca Jiménez   En un recorrido corto pero intenso pude ver desde el lago General Carrera hasta la laguna San Rafael, pasando por una serie de lugares emblemáticos con una naturaleza imponente.   Este viaje al fondo de la Patagonia me demostró que todo lo que se habla de su belleza es tal cual –y más aun–-. El hecho de que actualmente, y por fortuna, esté protegida de una serie de proyectos que amenazaban hasta hace poco la integridad de sus bosques, sus lagos y sus paisajes es un gran paso en la conservación de una de las zonas naturales más preciadas e intactas del planeta. Y no es menor saber que ahí se halla una amplia biodiversidad y una gran cantidad de recursos hídricos en tiempos en que el calentamiento global y el cambio climático son la gran amenaza que se vive a nivel mundial.   Para quienes no tengan tiempo para hacer un viaje largo por la Carretera Austral pero sí quieran conocer algunos de sus imperdibles, recomiendo el siguiente itinerario.   Desde Balmaceda como punto de partida (ahí se encuentra el aeropuerto) viajar en dirección a Cerro Castillo. Debo decir que tuve la suerte de ver, junto a mi familia, las cumbres nevadas de esa imponente montaña. Ahí se encuentra el Parque Nacional del mismo nombre, ubicado en la Región de Aysén –comunas de Coyhaique y Río Ibáñez–, el que fue creado en junio de 1970 y que contempla una superficie de 143.502 hectáreas. Dentro de esta área se pueden observar el cerro Castillo, con 2.318 metros sobre el nivel del mar (msnm), y Las Cuatro Cumbres, con 2273 msnm. Sus bosques de lenga y ñirre conforman un hábitat especial para la fauna de la zona, en la que se pueden encontrar huemules y cóndores.   Luego de hacer una parada en la localidad de Cerro Castillo, seguir en dirección al lago General Carrera, uno de los lagos más grandes de Chile. Por el lado nacional –ya que también existe una parte de este que pertenece a Argentina– se puede acceder hasta Puerto Tranquilo. En esa localidad es posible hacer tours en bote hasta las famosas Capillas de Mármol, ubicadas en un sector de este enorme lago. Se trata de un Santuario de la Naturaleza que es monumento nacional y está compuesto por un conjunto de formaciones minerales de carbonato de calcio. Vale la pena hacer este viaje para observar las capillas y la catedral, un imponente macizo que se puede ver emergiendo de las aguas del lago.   Si se sigue en dirección al sur, hacia el lago Bertrand, es posible ver el nacimiento del río Baker, un caudaloso afluente rodeado de tupidos bosques. Es recomendable quedarse unos días en el lugar para recorrer la zona. En nuestro caso regresamos por el mismo camino hacia Balmaceda para conocer Coyhaique –la capital de Aysén– y Puerto Chacabuco. Desde esta localidad es posible hacer un tour en catamarán hacia la laguna San Rafael. Si bien el viaje dura todo el día, vale la pena conocer el glaciar que lleva su nombre y que marca el inicio de Campos de Hielo Norte.   Recomiendo conocer esta zona no solo por su naturaleza y sus paisajes, sino porque es una manera de tomar conciencia de las maravillas que posee Chile y de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos de cuidar este patrimonio natural.     Si bien lo ideal es recorrer la Carretera Austral con tiempo –en auto, bus, bicicleta o moto–, llegar a Balmaceda en avión y hacer este recorrido expreso da una visión general de la zona para luego poder hacer un viaje más a fondo. También se puede iniciar el camino desde Puerto Montt y comenzar a bajar desde ahí hacia el sur en dirección a Villa O’Higgins, localidad ubicada en el extremo sur de la Carretera Austral.     En Revista MásDeco de Diario La Tercera