Hoy en Limache se llevó a cabo la iniciativa “Residencias de la Memoria”, proyecto financiado por la Wold University Service (WUS) de Alemania, y que tiene como objetivo identificar residencias y lugares donde hicieron sus vidas personas que fueron víctimas de la dictadura.
En noviembre de 2017, en una ceremonia realizada en el marco de la celebración del aniversario de la comuna de Quillota, se firmó el convenio entre el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, representado por su director ejecutivo, Francisco J. Estévez; el alcalde de comuna, Luis Mella; y el director del Serviu, Daniel Morales.
Ese primer paso permitió que hoy se instalaran las 5 primeras placas en Chile, las cuales recuerdan el último lugar de residencia de los detenidos desaparecidos Jaime Aldoney Vargas, Arturo Loo Prado, Carlos Vargas Arancibia y Jorge Villarroel Vilches; y del ejecutado político Oscar Farías Urzua.
“Este proyecto se inspiró en una iniciativa semejante en Alemania. Esto fue algo que inicialmente no sabíamos si iba a resultar, porque había que investigar, había que saber qué personas de esta zona fueron víctimas y también había que encontrarse con las familias. Sin embargo, todo se fue dando hasta que por fin están instaladas estas placas, las cuales expresan nuestra voluntad de que quede aquí este símbolo de memoria. Es un momento significativo para las familias, pero también para Limache, para esta región y para el país”, comentó Francisco Estéves, Director Ejecutivo del Museo de la Memoria.
César Barra, gobernador de la provincia de Quillota, también se hizo presente en la instalación de las placas, y comentó que “la labor del Museo de la Memoria es muy importante, porque implica el recuperar y reivindicar algo que es muy importante para la memoria de la comuna. Además, los familiares, con su vida y con su testimonio, han otorgado esperanza a todos aquellos que buscamos verdad y justicia”.
Amanda Rojas, esposa de Carlos Vargas Arancibia, aprovechó la instacia para gradecer a todos quienes hicieron posible la materialización del proyecto. “Tengo que reconocer que viví con un rencor muy grande, estuve 18 años pesando que él nos había abandonado a mi y a mi guagua de dos años; y yo como cabra joven me creí todas las mentiras de su desaparición. Por eso estoy eternamente afradecida de cada uno de ustedes, porque esto va a significar un recuerdo eterno para nosotros, también les agradecemos por ayudarnos a saber la verdad”, comentó.
El Museo de la Memoria seleccionó a esta primera comuna, nombrando a un embajador de la Memoria para realizar la investigación que dio con el paradero de las familias de las víctimas. Fue así como Waldo García y la investigadora Verónica González realizaron el trabajo de reconstrucción de memoria y reparación, en algunos casos, valiéndose del apoyo del Programa de Reparación y Atención Integral de Salud (PRAIS), para los Afectados por violaciones a los Derechos Humanos.
Fuente: Museo de la Memoria y los Derechos Humanos