El interés hacia el arte de dibujar mediante diferentes técnicas, en el país, se traduce en la importante demanda de libros ilustrados, el interés de editoriales en publicar textos de esta índole, el reconocimiento internacional de quienes se desempeñan en el área, nuevos soportes de difusión y el aumento de instancias especializadas y profesionalizantes. A raíz de esto, tres exponentes chilenos hablaron sobre la visibilidad que, actualmente, las diferentes plataformas digitales le brindan a su trabajo, así como también, el mensaje tras sus obras.

Con el pasar del tiempo es posible notar el constante crecimiento de la ilustración chilena y con ello, el desarrollo de nuevas técnicas y tópicos retratados. Dentro de la misma línea, es esencial destacar que dicho arte nunca abandonó su carácter comunicativo, por lo que actualmente, la escena de la ilustración nacional está dotada de una gran popularidad, la cual guarda relación con las temáticas ilustradas, en las que la comunidad logra verse representada y finamente, el rol de las redes sociales como principal vitrina.

Por ello, Matías Prado, diseñador gráfico e ilustrador de profesión, explica que para él esta nueva posibilidad de divulgación es la base de su trabajo. “Instagram, Facebook, Twitter y mi página web son el soporte y la presentación de mi obras. Es lo que me ha ayudado y lo que finalmente se transformó en mi portafolio”.

En relación al uso de redes sociales como una herramienta fundamental en materia de expansión, señala que “tiene que ver con lo que se quiera transmitir y comunicar, así como también el estilo del ilustrador. Esto, debido al formato, pues no todos se aprecian en esta pequeña plataforma. Aun así, siempre se puede usar utilizar como vitrina o para expresar ciertos mensajes”.

En su sitio web, Prado, quien se dedica exclusivamente a la ilustración hace ya cuatro años, define sus ilustraciones como piezas que buscan retratar lo cotidiano a través de la observación de las personas en espacios comunes. “Me gusta ver lo que ocurre en la ciudad, con la gente. Me atrae analizar sus movimientos, lo que llama su atención o cómo manejan las nuevas tecnologías, cosas universales pero el mismo tiempo particulares”.

La idea

De la misma forma, comenta que con su obra desea transmitir alegría y no contaminar con agresividad. “Me gusta mucho que cuando vean mi trabajo, los espectadores se sientan identificados, que se reflejen de manera personal en mis dibujos”.

Matías, imparte talleres de acuarela bajo el concepto de micro ilustraciones, instancias que también ha guiado en Argentina y España. Además, junto a Lourdes Salgado, artista visual chilena, crearon “La Fabril”, espacio en el que diversos ilustradores dictan talleres.

Trabajo de Matías Prado

Prado, finalizó su primera muestra individual hace menos de un mes, la cual tuvo una gran recepción por parte del público y que al mismo tiempo, significó una importante inversión de esfuerzo. Su primera exposición, titulada “Colección”, tuvo lugar en una de las galerías del Patio Bellavista y abordó, a través de 90 ilustraciones, su etapa de búsqueda y desarrollo en el mundo de las trazas.

Frente a esto, señala que su participación en esta área ha sido una experiencia gratificante. “Me siento súper cómodo realizando mi tipo de ilustración. Si bien es un recorrido difícil y hay que ser insistente, para mí ha resultado muy grato. Es un ambiente en el que me siento muy cómodo. Estoy haciendo lo que me gusta y me siento acogido”.

Una segunda oportunidad

Por otra parte y de forma más espontánea, se ubica el trabajo de la ilustradora penquista, Nicol Sepúlveda. Con 213.381 seguidores en su página de Facebook, sus dibujos autobiográficos alcanzan la aprobación de más de 3.000 usuarios.

Nicol egresó de la carrera de Kinesiología de la Universidad de Concepción en 2011, sin embargo, luego de una importante crisis vocacional y sin tenerlo planeado, comenzó a dibujar. “Al principio no me compartían en Chile, a pesar de esto, tenía un blog en el que me posteaban desde España, Australia y otros países de habla inglesa, lo que finalmente hizo que me atreviera. Me fui entusiasmando y me di cuenta de que hacer esto me llenaba más que lo que había estudiado”.

Tras comprender que jamás se podría aburrir de esta nueva faceta y después de dos años de indecisión, todo comenzó a tomar forma. “Finalmente el 2014 tomé la decisión de probar, de armar un trabajo. Hice mi taller y en caso de que salieran las cosas mal, regresaría a trabajar como kinesióloga”.

Sepúlveda comenta sentirse un tanto extraña en el mundo de la ilustración, pues no posee estudios y no comparte el foco de muchos de sus colegas. “Muchos ilustradores no consideran el provecho que pueden sacar del uso de redes sociales. No ven la parte comercial del tema. Por otro lado, como vengo de otro campo, cuando empecé en esto mi meta era poder trabajar y vivir de mis ilustraciones”.

Las nuevas herramientas

La artista de 30 años reside en Concepción y detalla que, probablemente, sin las redes sociales su trabajo no se hubiese conocido. “Hoy en día son una herramienta fundamental para cualquier persona que quiera dar a conocer lo que hace. Actualmente, la gente está ahí, es cosa de ver cómo se comportan en una cafetería, todos están mirando el celular. Al mismo tiempo, hay que hacerlo de forma inteligente. Por ejemplo, a la gente no le gusta leer, entonces yo empecé a usar textos cortos e imágenes simples”.

Respecto a las temáticas que refleja en sus coloridos dibujos, relata que le interesa abordar cosas malas pero desde una perspectiva cómica, para que así quienes siguen su trabajo, se logren sentir identificados. También, plantea que a través de sus obras desea caracterizar el concepto de empatía, así como también el empoderar a las mujeres. “No me gusta mucho dibujar cosas románticas, mis dibujos no son cursis y los que siguen esa línea, son muy pocos. Quiero que la mujer piense que puede hacer todo sin la necesidad de casarse o tener hijos, la mujer puede ser feliz por ella misma”.

En ascenso

Esteban Muñoz, está por finalizar la carrera de periodismo y gracias al trabajo de otros artistas, tomo la decisión de trazar sus primeros dibujos. A pesar de esto, el impulso para compartir sus ilustraciones no llegó hasta el 2013.

Desde una perspectiva más aficionada, quien es conocido como “Tebal”, explica que su acercamiento definitivo a este nuevo mundo de comunicación se produce tras el éxito de su trabajo titulado “Vivir en Concepción”, en el que retrató diferentes aspectos del vivir en la Octava Región y que actualmente está compuesto de tres partes.

“Hice este dibujo sin pensar que podría tener una tan buena acogida, porque en ese entonces mis seguidores no eran muchos. El hecho de caracterizar a los habitantes de una ciudad produjo un cierto nivel de identificación, lo que provocó que se compartiera mucho, sobre todo en Facebook”, dijo.

Muñoz, puntualiza en que no se imagina un proceso de divulgación sin las redes sociales: “A veces pienso como podría haber sido crear y difundir un trabajo como este sin Facebook o Instagram y todo resulta mucho más complejo. Con estas herramientas te vas saltando pasos, ya que finalmente su objetivo es democratizar el acceso tanto a la información como al contenido”.

Identidad

Esteban reside en San Pedro de la Paz y se define como alguien nostálgico, al mismo tiempo, describe sus ilustraciones como monocromáticas, hecho que no le resta popularidad. “Es algo muy simple, intento agregar color pero me da miedo porque no tengo los conocimientos, sin embargo, me gusta probar nuevas ideas y elementos que otros referentes utilizan. De a poco intento que mi trabajo evolucione”.

El estudiante de la Universidad de Concepción, comenta que tiene la intención de especializarse en el rubro y quizás, compatibilizar el periodismo y la creatividad del ilustrador. También, espera que la gente se sienta identificada con sus dibujos, los que abordan cosas cotidianas que muchas veces, en el día a día, se pasan por alto. “Me gusta también abordar temas más profundos, que finalmente tienen que ver con las emociones del ser humano, que tiene días de euforia pero también días malos, la experiencia de la vida realmente”.

Tebal realizó su primera exposición, titulada “Yo me acuerdo” en una de las sedes de la Biblioteca Viva en la Región del Biobío. “Monté este trabajo pensando en cómo retratar la nostalgia de la fotografía y cómo ha perdido su valor, pues antes era un tesoro. Cómo a través de las fotos se va contando la historia de una familia desde 1960 hasta el 2017. Finalmente me inspiré en la historia de mis abuelos y quise registrar los momentos históricos que vivieron”, concluyó.

Fuente: El Mostrador