Por Francisca Jiménez
Así le llaman a Edwin Loza Huarachi, uno de los artesanos con más experiencia del Perú en la realización de máscaras para los carnavales. El maestro fue invitado a realizar una charla magistral sobre su oficio en el IV Festival de Arte Surandino Arica Barroca 2017, organizado por la Fundación Altiplano.
'Aprendí el arte cuando era niño, a los 6 años en Rosaspata, Puno, en los núcleos escolares campesinos donde a los chicos, en el mes de octubre, nos enseñaban a hacer mascaritas de Tanta Wawas -pan dulce tradicional con forma de bebé-. Eran nuestras madres quienes elaboraban el pan. Básicamente, la técnica de las mascaritas consistía en mezclar un puré de papa amarga (Luq’i) con yeso, creando una masa flexible que se moldea y permite sacar mascaritas en serie, las que después se pintan con tierra de colores', explica el maestro. Y agrega que 'a los 9 años reparé una máscara por primera vez para el grupo de bailarines en donde participaba mi hermano mayor. En esos tiempos mi influencia fue el Carcal Velásquez, un artesano mayor muy conocido, quien hacía máscaras en Puno. Pero yo he desarrollado una tecnología que utiliza materiales reciclables como telas, papel, aserrín, cola, carbonato de sodio, entre otros, lo que permite una masa liviana y con el peso necesario para que el bailarín mantenga su postura sin complicaciones'.
El maestro artesano cuenta que realiza máscaras constantemente, trabajo que a veces le toma entre uno y seis meses dependiendo de la complejidad y de si son personalizadas, por encargo o para bailes. 'Las personalizadas me toman más tiempo, porque depende del rostro del individuo y se hace con un molde de yeso, telas y arcilla y hechas a su medida y gusto', comenta. Y cuenta que sus dos hijas también han aprendido el arte de las máscaras y aunque ambas son profesionales saben crear como lo hace él por lo que piensa que el oficio se mantendrá 'como tiene que ser.'
Publicado en: Revista MásDeco