La exposición de arpilleras de gran formato “Relatos de dolor y esperanza”, que reúne trabajos desarrollados entre 1976 hasta 2008, tanto en Chile como en el extranjero, se podrá visitar desde el 30 de agosto en la Galería La Memoria del museo, como Conmemoración del Día del Detenido Desparecido.
Esta exhibición reúne obras excepcionales por su gran formato, ya que hay algunas que llegan a medir 3 x 5 mts, y por su temporalidad, puesto que las arpilleras se originan poco después del Golpe Militar de 1973, donde grupos de madres, hermanas, esposas e hijas de detenidos desaparecidos y de prisioneros políticos relatan en sus bordados la angustiosa búsqueda de sus familiares y los atropellos a los derechos humano; pero en esta muestra, hay algunas obras que se realizaron con posterioridad a los 1990 y que conservan su espíritu de denuncia social.
Es el caso de una obra, sin título, realizada el 2008 por un grupo de 12 mujeres familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos, que el PRAIS convocó a un taller para participar y compartir un espacio de reflexión acerca de sus experiencias de vulneración y el largo camino en la búsqueda de Verdad y Justicia. También se puede ver en arpilleras que se han efectuado fuera de Chile, como son una realizada por el Movimiento de Emancipación de la Mujer en Chile (MEMCH) en su sede en Chicago, o la realizada en el exilio en Stamford, Estados Unidos, titulada Arpillera por la Vida y la Paz como un homenaje a los familiares de todos aquellos quienes habían sido detenidos, torturados o desaparecidos en un periodo de inestabilidad social, siendo además un reconocimiento a la resistencia de las mujeres que lucharon con decisión y entereza contando su propio dolor.
Cada una de las arpilleras es un relato en sí mismo, en donde se pueden encontrar múltiples vivencias , que nos permiten reconstruir esa parte de nuestra historia y valorizar el gran trabajo comunitario que realizaron las arpilleristas, como un admirable engranaje de hermandad y solidaridad; puesto que nacen con un valor excepcional radicado en su carácter comunitario y artesanal, cumpliendo un papel esencial como escritura de testimonio y registro de costumbres en el proceso social que vivió Chile durante los años de la dictadura.
Fuente: Museo de la Memoria y los Derechos Humanos