En este segundo período de la exposición Tejer con sentido de Arte Textil Pawllu, conversamos con la Directora de esta institución, María Victoria Carvajal, quien además se desempeña como conservadora-restauradora y artista textil. Con ella hablamos sobre el colectivo, la exposición, y la gran acogida del público, motivo por el cual, la muestra extendió su fecha de término para el 27 de febrero.
-¿Qué nos puede contar de Arte Textil Pawllu y su relación con la herencia textil andina?
Arte Textil Pawllu nació hace veinte años con la idea de colaborar en el rescate de esta herencia textil. En un principio, conservábamos y restaurábamos de todo, pero nos dimos cuenta que cada materialidad y sus tratamientos son tan específicos, que se contradicen muchas veces con los otros. Entonces pensamos que no podíamos seguir así, y como todas éramos textileras, decidimos especializarnos en el aspecto textil ¡Pero abarcando todas sus facetas! Por eso es que hacemos conservación-restauración textil, investigación, creación, difusión y también enseñamos; y eso nos permite ser muy asertivos, porque convivimos con diversas áreas y de todas vamos aprendiendo. En la enseñanza específicamente, lo que buscamos es, no sólo que las personas que vienen aprendan la técnica, de cómo se hace determinada textura, o que no sólo aprendan cómo se consigue tal color, sino que además les entregamos todo un bagaje cultural de contexto de estas técnicas, de este gran mundo que es el textil andino.
-¿Cómo surge esta exposición? ¿Por qué se hace en este espacio?
Nosotros tuvimos una primera aproximación a la realización de exposiciones cuando el año pasado, una alumna de nuestro centro nos ofreció unirnos a su propia exhibición en el Centro Cultural de La Reina. nunca antes habíamos hecho una exposición fuera de nuestro taller. Después, intentamos hacer una exposición en Estación Central, pero finalmente no se pudo llevar a cabo. Posteriormente, decidimos intentar en Providencia, en donde nos contactaron con este centro, la Casa de la Ciudadanía Montecarmelo. Nosotros les presentamos aquí el proyecto de exposición que teníamos, el diseño museográfico, todos los contenidos, y a ellos les gustó mucho, por lo que nos ofrecieron este espacio. Nosotros estamos muy contentos y muy agradecidos, porque este centro cultural - y supongo que también las otras instituciones culturales que dependen de Providencia - tiene una vida cultural madura, donde tú te sientes comprendido y respetado ¡Porque pucha que cuesta que nos respeten a los artistas, a quienes desarrollamos cultura! Nos hemos sentido muy apoyados y estamos muy agradecidos.
-¿Cómo le ha parecido la acogida de las audiencias para con la exposición?
Magnífica. Nos sentimos súper orgullosas, porque gran parte de las personas que nos visitan dicen “esta exposición es de museo” y para nosotros eso es un elogio muy grande, y en realidad, cuando estábamos terminando de montarla, nosotros sentimos que efectivamente era así. Pero, lo anterior se deriva de mi aprendizaje en el Museo Chileno de Arte Precolombino: yo trabajé dieciocho años en el Museo como conservadora y restauradora, y bueno, el Museo fue mi escuela, y esa experiencia se ha trasladado acá. Arte Textil Pawllu se considera hijo del Museo, que se conformó como el punto de encuentro de la mayoría de las personas más antiguas de nuestro colectivo: ahí nos encontramos, ahí nos conocimos, ahí intercambiamos experiencia, ahí nos emocionamos, ahí lloramos viendo textiles maravillosos, y esa es nuestra cuna.
-Tejer con sentido presenta una apuesta innovadora y contemporánea en relación a su puesta en escena, en tanto no contempla únicamente la percepción visual, sino que también la olfativa, la táctil y la auditiva. ¿Cómo surgió este concepto de exposición ?
Nuestra idea de hacer este paisaje sensorial fue acercar al visitante al entorno del trabajo textil. Entonces, por eso hicimos esta cortina sensorial, donde se pueden oler las hojas, todos los elementos que usamos para el teñido, que tienen olores tan ricos que nos acercan a la naturaleza; tocar los distintos tipos de lana, como la lana de alpaca, y comprobar lo muelle que es, la suavidad que tiene, cómo es la suavidad de la oveja, cómo se siente cuando está sucia, cómo se siente cuando está limpia; y también, escuchar los sonidos del telar. Ese fue nuestro objetivo, acercar lo más posible al visitante, bombardearlo desde todos los aspectos con estas sensaciones propias del tejido: entregarle una experiencia total.
-En la exposición podemos ver los distintos procesos por los que pasa la lana, tales como obtener las materias primas para las tinturas, traspasarlas a las lanas, etc. ¿El colectivo también realiza esta operación?
También realizamos esa operación, pero no siempre, porque ese proceso es un proceso más lento y más caro ¡y nosotros estamos luchando todos los días por nuestra sobrevivencia! Imagínate, cumplimos veinte años y durante estos veinte años no hemos tenido apoyo económico de nadie; nosotros nos sostenemos con lo que nosotros hacemos, nada más, y con una pasión enorme que está detrás de esto, pero no hay institución privada ni estatal que nos apoye. Entonces, cuando trabajamos por ejemplo con tintes químicos, yo por ejemplo, le doy la tonalidad andina, que es un poco lo que nosotros hemos recibido de los textiles andinos, porque nosotros, como dijo Liliana Ulloa en la charla del pasado miércoles [20 de enero], lo que sabemos de la cultura andina, lo que hemos estudiado, el conocimiento que hemos alcanzado, es un supuesto, porque no estuvimos ahí, entonces estamos deduciendo con nuestros estudios y reflexiones, cómo fue. Y respecto de las gamas de colores, esto también es un supuesto, porque en los textiles los colores se han decolorado, se han oxidado. Entonces, gran parte de los textiles que nosotros hacemos están con esa tonalidad un poquito amarillosa que le ha dado el tiempo, por la oxidación de las fibras y del color; eso, a mí por ejemplo me gusta, trato de dárselo a mis trabajos.
-Pero, si deben realizar el tratamiento de una obra andina original ¿Por cuál camino optan, por el de la restauración o el de la conservación? Como usted me comentaba, si recibe una pieza con amarillamiento producto del óxido y/o de la acidificación ¿Ustedes deciden intentar quitar esa pátina amarilla para intentar volver al original, o por el contrario, conservarla como huella del paso del tiempo?
Siempre se decide según la obra, porque cada obra es una vida independiente que tuvo una historia propia, igual que las personas, entonces, nosotros tenemos que tener un criterio para encarar eso, qué nos dice esa obra, por qué optamos por ese procedimiento en esa precisa obra. Pero en el caso, por ejemplo, del amarillamiento de las fibras, esto es fundamentalmente por la oxidación de las fibras, son fibras muertas, son fibras que ya no pertenecen a la estructura, entonces, idealmente eso se elimina; se elimina a través del aspirado, de la limpieza con pinceles, a través del lavado. Pero, hay otras manchas, otros amarillamientos que obedecen a teñidos, a desteñidos, a manchas, y que tienen que ver más con su propia historia particular: en ese sentido, nosotros tratamos de ver la unidad estética, y de darle prioridad a esa unidad estética, sin desvirtuar su historia, ese es el punto.
-Ahora, en cuanto a las nuevas creaciones ¿Qué postura tiene usted frente a la réplica, teniendo en cuenta que ya no nos encontramos en el mismo contexto, y que nuestra vida es muy distinta a la del mundo andino de cientos de años?
Mira, lo que nosotros hacemos es impregnar en la medida de nuestras posibilidades de este contexto cultural. Que la gente aprenda al revés y al derecho, una determinada técnica con la cual se hace el textil, que tengan claro cuál es la matriz cultural que hay detrás de esto; y que a partir de eso, y ya con el conocimiento internalizado profundamente, pueda crear y recrear en la ciudad contemporánea, pueda transmutarlo en un objeto contemporáneo. Eso es a lo que aspiramos, no siempre nos resulta, pero para hacer eso también hacemos reproducciones, para poder vivenciar ese hacer.
-¿Por qué la gente que no ha venido aún DEBE aprovechar esta extensión de cierre de la exposición?
Yo les diría que, en las escuelas, en la universidad, en los medios de comunicación, generalmente no se enseña nada del arte de nuestras comunidades ancestrales, miramos a Europa, y creamos a partir de los cánones europeos. ¡Somos tuertos! ¡Tenemos que aprender a mirarnos con nuestros propios ojos! Incluso, cuando nos miramos a nosotros mismos ¡lo hacemos con los ojos occidentales! Tenemos que aprender a mirarnos con nuestros propios ojos, y eso es lo que buscamos con esta exposición: abrir una ventanita que nos permita empezar a valorar, o más bien, continuar valorando y mejorando la apreciación que tenemos de las culturas andinas y de las culturas ancestrales en general. Digo ‘continuar’ porque un aporte fundamental fue la creación del Museo Precolombino, el cual abrió las puertas a este mundo desconocido que era lo andino ¡ Y que es maravilloso! Es realmente para sentirse orgullosos de todo lo que fue y todo lo que significó, cada construcción, cada tejido, cada tallado, porque hay toda una cosmovisión y un sentir: el arte textil andino tiene un profundo significado. En cada obra que nosotros vemos podemos apreciar todo este mundo que transitó a su alrededor: una obra nos dice aquí estuvo la tejedora, aquí estuvo la hilandera, aquí estuvo el tintorero, aquí estuvo la mujer que tejió para su hijito, aquí estuvo la mujer que hizo un tejido para un rito determinado; todos ellos que cuando hicieron el acto de gestar el tejido, pensaron tantas cosas, desarrollaron tanta energía, cantaron, susurraron, amaron, todo eso está ahí, como un aura irradiando desde el tejido. Eso es a lo que los invitamos a ver.
Tejer con sentido: Reconociendo nuestra herencia textil. Casa de la Ciudadanía Montecarmelo, Bellavista 0594, Providencia. 15 de Enero - 27 de Febrero. Lunes a Viernes, 09.00 a 19.00 horas. Entrada Liberada.