• La artista chilena, que trabaja bajo la tutoría de Arturo Duclos, presenta sus pinturas en el Centro Cultural Las Condes.

Licenciada en arte mención pintura en la Universidad Católica de Chile, la artista Isabel Vicuña presenta en el Centro Cultural Las Condes la exposición PAISAJES, entre el 6 y 29 de noviembre. Aunque formalmente son paisajes, lo que en verdad pinta la autora es atmósfera y sensaciones, el frío, la soledad, el silencio... Se trata de paisajes muy personales que rescatan lo esencial del espacio y alcanzan un controlado lirismo. La expositora recurre a una gama cromática restringida, sin estridencias, con sólo cuatro colores que logran reproducir sus años en la precordillera de la Región de O’Higgins.

Isabel Vicuña (1973) asistió, entre 2006 y 2010, al taller de pintura de Matías Movillo, y desde 2010 trabaja bajo la tutoría del artista Arturo Duclos. En 2011 expuso en la Feria de Arte Faxxi.

Los fríos territorios que pinta Isabel Vicuña evocan la simplicidad de la pintura del género paisaje, bajo una mirada absolutamente cargada por la experiencia de la soledad… la operación que hace Isabel Vicuña consiste en rememorar un mismo paisaje, frío, atemorizante, con algunas trazas de habitabilidad, huellas de la presencia humana en los rasgos de la arquitectura, galpones o cobertizos que aparecen insinuados entre el caos brumoso del paisaje invernal”, señala el artista Arturo Duclos.

Y agrega: “Arboles hieráticos, carbonizados con el negro profundo, erguidos como trazas de pincel en un paisaje minimalista. Este es sin duda el verdadero clima que comienza a aparecer, el clima de la intimidad, un clima austero, silencioso que transmite la observación y la vivencia profunda de la artista inmersa en esa soledad”.

Para Duclos, el sentir de este espíritu es la constitución de su obra. “Lo que aquí no se puede nombrar, la esencia final de estos paisajes, lo que está detrás de ellos mismos, y es la razón inextricable que los sostiene, porque corresponden a la lucha constante de la artista para superar el confinamiento y la tristeza invernal que acompañaban ese clima. Sostenerse, superarse por sobre la hostilidad, la soledad. De ahí la cara oculta, la mirada oblicua que tengo que ejercer como espectador para escudriñar una verdad iluminadora, el destello del blanco helado, que no es nieve sino niebla, deprimente, insoportable. Los negros árboles, sin hojas y sin ramas evocan la desolación. Isabel Vicuña me transporta a ese sentimiento”.

Isabel Vicuña, además, limita a propósito su espectro cromático para dar mayor énfasis al especial carácter de su pintura. Realiza un contra discurso pictórico del paisaje, apropiándose de una gama limitada a sólo cuatro colores, un verde sucio, negro, gris de payne y blanco para entregar un mayor dramatismo. Según Arturo Duclos, hay algo del cine de los años cuarenta y cincuenta, donde el gran director de fotografía francés Henri Alekan, calificado como ‘el poeta de la luz’ refiere su oficioso método de iluminación utilizando luces de alto contraste para obtener un mayor dramatismo del blanco y negro. Es esta visión extrema la que opera en estas obras, ya que como Alekan, este límite de recursos obliga a un resultado austero pero singular.

 Es por ello que se puede hablar de “paisajes oblicuos”, porque no sólo no dicen lo que son inmediatamente, sino que dicen lo que otros no ven en su interior, de suerte que se transforman en criptogramas a primera vista, pero bajo una mirada profunda, develan un sentimiento enmascarado que encarna el desasosiego del hombre del siglo XXI, la desolación.

Fecha:           6 al 29 de noviembre de 2015

Lugar:           Salas de Exposición, Centro Cultural Las Condes. Apoquindo 6570

Teléfono:     22 8969800

Horario:        Martes a domingo, 10:30 a 19:00 horas

Entrada:        Liberada