Milán, 25 de mayo de 2015. Durante los 6 meses que la Expo Milán tendrá vida como el evento de difusión mundial más importante del 2015, y de la cual Chile participa con un pabellón de más de 2000 m2 llamado “El amor de Chile”-tal como el poema del poeta nacional Raúl Zurita-, acogerá a seis artesanos nacionales quienes difundirán 10 días por mes diversos oficios artesanales del patrimonio cultural chileno, desde mayo a octubre, durante los seis meses que dura la Expo.

 La primera en viajar al país del viejo continente es la maestra textilera aymara, Alejandra Challapa, quien actualmente vive en Arica; su descendencia (madre y padre) proviene de la localidad de Isluga, al interior de Iquique. Es allí donde las mujeres y hombres aymarás se reúnen hasta el día de hoy a celebrar rituales, como por ejemplo el “floreo”, ceremonia dedicada a los animales que los proveen de carne y lana: las llamas y alpacas. Un mes antes del evento los preparan para agradecer a la “pachamama” (que al igual que en el mapudungun significa “tierra”), decorando a sus hembras con aros y a sus machos con sombreros y culebrillas (estos últimos pompones de fuertes colores, emulando el brillo del arco iris) y marcando a los nuevos animales que ya han cumplido un año de vida.

 A continuación una entrevista realizada a Alejandra en los primeros días de haber empezado sus talleres en la Expo Milán 2015.

 ¿Qué sientes cuando te preguntan de tu descendencia?

Para mi ser aymara me da orgullo, hay costumbres, comidas típicas las cuales sigo y comparto con mis hijos y familia. Y el tejido que tanto me gusta me ha ayudado a criar a mis hijos.

 El oficio lo aprendi de mi mamá, aunque ella no vendía, tejía para vestir a sus hijos y familia. A los seis años empecé a tejer, aunque en mi época escolar lo dejé ya que estaba en un internado, recurrí al tejido de adulta ya que era lo que sabía hacer para vivir. El tejido aymara me permitió estar en casa con mis hijos, hoy tengo 3 hijos y dos nietas, una de ellas con discapacidad y gracias al tejido tengo la posibilidad de quedarme con ella y cuidarla en casa.

 ¿Cuándo comenzó a vivir de su oficio?

En Arica había una ONG en los ’90 que ayudaba a que las aymarás no nos dedicáramos solo al pastoreo. Nos enseñaron a vender, por ejemplo, a no crear tan pesados nuestros textiles, a que tuvieran una mejor “caída”.

A Santiago vine por primera vez en el 2000 a la feria de la UC (la que se hace hace mas de 20 años en el Parque Bustamente), ahí pertenecía a la Cantati, una de las agrupaciones más grandes de textileras de Arica, grupo que se disolvió por problemas entre sus integrantes, lo cual me afectó mucho ya que era de la directiva y siempre apoyé mucho, la desconfianza finalmente me hizo alejarme en el 2002. Pero fue ese año 2000 en que conocí a la Fundación Artesanías de Chile, relación que se mantiene hasta el día hoy.

Hoy trabajo en un taller familiar compuesto por mis tres hermanas y mis dos hijas, quienes mensualmente entregamos a la Fundación Artesanías de Chile, 18 diferentes textiles, todos realizados a mano y con teñidos naturales.

 ¿Cómo supiste que viajabas a la Expo Milán 2015?

Fue a mediados de marzo de este año que le directora ejecutiva de Artesanías de Chile me llama para contarme de la invitación a viajar a Italia a realizar talleres, parecidos a los que había realizado en el Centro Cultural Palacio La Moneda en el 2013, ocasión en que viajé a la capital a realizar talleres de difusión de textilería aymara, dos veces por día, experiencia de la cual tengo los mejores recuerdos, en especial la de trabajar con los niños y niñas que participaban de los talleres.

 Al principio no supe qué decir, me quedé muda. La directora (Josefina Berliner) me explicó que había sido elegida ente muchos artesano

s y que debía decir pronto si aceptaba. Sentí que era mucho para mi, pensaba que habían textileras mucho mejores que yo. Fueron mis hijos, en especial mi hijo menor, quien me animó a aceptar, quien me convenció de que era capaz, que era por algo que yo sabía hacer bien el por qué me habían elegido, que esta oportunidad era única y que debía aprovecharla al máximo.

Alejandra ya lleva algunos días en Milán realizando talleres de difusión de textilería aymara y siente que las personas que asisten a los talleres se interesan en lo que muestra, cuenta que lo que más les llama la atención es el proceso a mano, el tinte natural. También le llama la atención que a las personas que van al pabellón de Chile muchos quieren sacarse fotos con ella.

 “Estaré aquí hasta el 7 de junio y voy a conocer a la Presidenta Bachelet que viene el día 6 al pabellón de Chile, es un sueño que siempre he deseado, la admiro como mujer y siempre he querido poder saludarla”.

 Fotos: Maureen Civilo