La enorme riqueza cultural y patrimonial de América Latina está muy bien representada en las piezas de artesanía de los Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica. Hombres y mujeres que han dedicado su vida a la creación de objetos de alta calidad que simbolizan las maneras de hacer, pensar, creer, vestir, trabajar, comer e interactuar en el mundo.
Hace tiempo que conocía sobre la existencia de esta gran muestra, había visto videos, fotografías e inclusive los libros de la colección, sólo me faltaba visitarla.
Este proyecto es el resultado de una investigación de Fomento Cultural Banamex que tuvo como curadora a Cándida Fernández Calderón. Las obras fueron cuidadosamente seleccionadas y reunidas durante cuatro años, entre 2007 y 2011. La colección completa cuenta con 5000 piezas, que pertenecen a 450 maestros artesanos, de 260 localidades de los 22 países que conforman la región iberoamericana.
Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica busca exaltar y fortalecer la creación artesanal y su importancia en el legado cultural y ancestral. Inició su recorrido en México (lugar de gestación), luego pasó por España, estuvo en Brasil, Colombia y desde finales de agosto de este año está presente en Argentina, donde permanecerá hasta enero de 2015.
La muestra itinerante que llegó al país cuenta con 1600 piezas, está distribuida en dos museos de la Ciudad de Buenos Aires: el de Arte Popular José Hernández que exhibe textiles y cestería, y el Museo Isaac Fernández Blanco que alberga objetos de barro, madera, metal y papel, entre otros.
Empecé mi visita por el Museo José Hernández. Llegué con gran expectativa por lo que iba a encontrar. Apenas ingresé, me dejé envolver por la atmósfera latinoamericana, tan vasta y variada, contundente y hermosamente diversa. Fui avanzando lento, dando pasos cortos, deteniéndome a examinar cada pieza, observando las texturas, los acabados, los diseños. Me quedé un largo rato en el sector de los ponchos, allí pude identificar varios, principalmente los tradicionales de ciertas regiones de Argentina como el salteño, creación del artesano Flavio Guzmán oriundo de Seclantás, Molinos; o el catamarqueño hecho de lana de vicuña y tejido en telar de pedal criollo, una obra de excelencia de las artesanas catamarqueñas Telma Cenaida y Marta Yolanda Jaimez Olivera.
En el museo me cuentan que los textiles forman una de las ramas más interesantes de la exposición por la variedad de materiales, técnicas y ornamentaciones que presentan y por la perfección en su realización. Hay piezas de origen indígena, como los huipiles de algodón con trama suplementaria, provenientes de diferentes regiones de México y Guatemala; ponchos, morrales, fajas, paños de lana tejidos con dos vistas, de Perú, Ecuador y Bolivia y molas panameñas.
Luego de recorrer el sector de los hilados, me fui a descubrir los objetos elaborados con fibras vegetales. Me fascinó la puesta y la espectacular capacidad creativa de sus hacedores. Se destacan las canastas tejidas en espiral de Panamá y el norte de México, las cestas realizadas por etnias de la Amazonía peruana y la brasileña, los sombreros panameños de Ecuador, los de los huasos chilenos, los vueltiaos de Colombia y los de jipijapa, tejidos en la península de Yucatán en México.
“Los visitantes quedan impactados por la variedad, las diferentes texturas, la creatividad. Aprendemos a recorrer y a mirar Latinoamérica de otra manera. Los que no viajaron, o no conocen, se deslumbran”, asegura la directora del Museo, Felicitas Luna, durante una entrevista con Manos de Artesano.
Estuve casi dos horas en el museo: recorriendo, mirando, aprendiendo, contemplando y estrechando lazos con estos artesanos y artesanas a través de sus obras. Me quedó pendiente visitar la otra parte de la muestra… Aún me estoy deleitando con la primera.
Desde marzo de 2015 se podrá visitar la muestra en Santiago de Chile. Luego se trasladará a Lima, Perú, y después retornará al país azteca.