En Lihueimo, un pueblo ubicado en la comuna de Palmilla, VI Región, la tradición alfarera tiene una data muy antigua. Familias enteras se dedicaban con esmero y mucho amor a un oficio milenario que tiene a sus campos, animales y costumbres como la principal fuente de inspiración. Pero a raíz de la falta de nuevos artífices que continúen con esta herencia, hubo un tiempo en que esta artesanía prácticamente se perdió en aquella zona. Es así que frente a esta realidad, el Centro de Madres María Josefa Errázuriz fue el que rescató esta expresión artística y la dio a conocer a nivel nacional y mundial.
Durante 45 años este centro se dedicó a revalorar las tradiciones populares de Lihueimo. En este proceso, se destaca el trabajo de la artesana Haydée Paredes, “Sello de Excelencia a la Artesanía al 2011” y acreedora de varios premios nacionales e internacionales que reconocen la tradición y belleza d-e la artesanía de Lihueimo.
En una nueva columna de la semana, conversamos con Haydée quien realiza un repaso por su caminar en la artesanía, logros y experiencias. En estos momentos ella, en una intención de motivar a las nuevas generaciones de Lihueimo, realiza talleres y lanza su sitio www.haydeearte.com, un espacio que invita a encantarse con las costumbres, tradiciones y raíces de aquel pueblo y su gente, a través de la producción artesanal.
¿Cómo llegó al mundo de la alfarería?
En Lihueimo, donde vivo, existe el Centro de Madres María Josefa Errázuriz, el cual era comandado por la Señora María Mackenna, quien impulsó la recuperación de la artesanía que hace años se había perdido. Este renacer ocurrió hace ya más de 45 años. Dentro de los miembros se encontraba mi madre, la señora Ana González, quien se convirtió en una de las principales cultoras de la época. Así, la artesanía llegó a mi casa cuando yo tenía cerca de 9 años y, motivada por las fiestas navideñas, comencé a trabajar la greda, con una de las principales escenas de Noche Buena: los pesebres.
¿Cómo aprendió el oficio?
Bueno, yo vi constantemente trabajar a mi madre, y entre tanto mirarla, aprendí a realizar las figuras, al principio estas eran muy rústicas y de formas extrañas. De a poco las fui mejorando y perfeccionándome en el oficio. Después, por medio de varias capacitaciones del Centro de Madres, impartido por la experta Vania Roa, aprendí técnicas que fortalecieron mi vínculo con la greda y la artesanía. Si bien la mayoría de mi aprendizaje ha sido de manera autodidacta, uno nunca deja de conocer cosas nuevas. En este rubro uno nunca deja de recorrer nuevos caminos.
¿Cuál es la característica de la artesanía de Lihueimo?
Una de las principales características es la representación de lo que se ve diariamente acá como la vida de campo, las faenas típicas del lugar, entre otros. Si bien, es cierto que con el paso del tiempo se han ido perdiendo, a través de mi artesanía logró mantenerlas con vida. Por otro lado, esta artesanía es única. Por ejemplo, se pueden realizar 10 arcas de Noé, pero si se observa con detalle se ve que todas son distintas, ya que es un trabajo hecho a mano y sin repetición. Aspecto que hace que esta artesanía sea tan bien valorada, no existen moldes, cada figura tiene su propio sello y estilo propio.
¿Cuál es tu apreciación sobre el rol del artesano y el valor de la artesanía en la sociedad?
Como artesanos, yo creo que somos un verdadero aporte al desarrollo cultural de nuestro país. En mi caso realizo figuras sobre las escenas típicas y costumbristas de Lihueimo, que son obras ricas en historia que representan la identidad cultural de Chile. Estas quedan plasmadas en una figura. Es así que cada artesano, independiente de su rubro, aporta con un granito de arena al patrimonio chileno. En lo personal, creo que, últimamente, la artesanía se ha revalorizado bastante y tiene muchos interesados por ella. Contamos con muestras y exposiciones, actividades que permiten que este oficio llegue a más gente. Tal vez, si contáramos con más lugares donde la gente pudiese acceder libremente a apreciar las obras, el impacto social de ésta sería aún mayor. Pensando en este mismo punto es que decidí lanzar www.haydeearte.com, ya que mediante la web y sus redes creo que es posible difundir la artesanía y su patrimonio.
¿Cómo definirías tu andar por la artesanía?
En mi caso ha sido un largo caminpo, ya que empecé desde niña, y por lo mismo, siento que ha sido un aprendizaje constante y contínuo, incluso en donde el mismo cliente es quien me ha enseñado cosas. Muchas veces, cuando realizo una obra, para mi es sólo una pieza más, en cambio para ellos puede llegar a ser algo muy importante, sobre todo cuando son réplicas o escenas personalizadas. Estas situaciones, sólo hacen que me motive a trabajar aún más, ya que esta labor es algo relevante e importante para muchos, y pretendo seguir haciéndolo por mucho tiempo más, si es que Dios me lo permite.