Un recinto religioso con una extensa historia patrimonial, la Iglesia de los Ángeles Custodios, templo con 160 años de historia. Su origen viene del año 1853 cuando el Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso compra un terreno con la idea de hacer de él un espacio de fe y oración. Pero recién en el año 1884, Monseñor Mariano Casanova ordenó su construcción.

Desde esa época la Iglesia de los Ángeles Custodios ha sido parte de la fe popular y la religiosidad del Chile colonial hasta el actual. En sus dependencias alberga piezas de gran valor patrimonial como los fragmentos de los restos del Santo Niño Mártir Julio Rústico Dulce, el cual fue traído desde Roma hasta Santiago.

Actualmente, la Iglesia de los Ángeles Custodios es patrimonio nacional y ha sido protegido por años por el Consejo de Monumentos Nacionales, pero a pesar de los cuidados su infraestructura no ha estado indemne a las inclemencias del tiempo y la naturaleza. Es por eso que un grupo de restauradores de la Escuela de Artes Aplicadas dirigido por el connotado restaurador italiano, Lorenzo Casamenti, Director de la Escuela de Restauro Lorenzo de Medici en Florencia, Italia, se puso en la tarea de restaurar y conservar la cúpula de la Iglesia con la idea de rescatar el valor histórico de esteimportante centro patrimonial. En este proyecto trabajó la ceramista y rectora de la Escuela de Artes Aplicadas, Simone Racz, quien nos cuenta cómo fue el proceso de restauración de la cúpula y la importancia de formar más profesionales en dicha área, sobre todo ahora que a nivel país, ha tomado relevancia el rescate de nuestros bienes patrimoniales tangibles e intangibles.

¿Cómo nació esta iniciativa de restaurar la Iglesia de los Ángeles Custodios?

La idea surgió casi espontáneamente. Durante una visita  con la encargada de Relaciones Públicas de la Municipalidad de Providencia, Mónica Méndez, quien nos introdujo la posibilidad de cooperar en el proceso de restauración de la iglesia, idea que estaba pensada hace tiempo por esa institución.

¿En qué condiciones se encontraba el recinto?

La iglesia se encontraba en la fase última de restauración de la estructura arquitectónica y consolidación de la cúpula, la cual sufrió daños en el terremoto de 1985, restauración que estuvo a cargo del Arquitecto Cristián Wunkhaus. Los frescos o más bien pinturas murales estaban protegidas por papel japonés y se encontraban bastante deterioradas, al igual que los faltantes de oro y ornamentas. La situación fue muy dramática debido al terremoto del 2010 que entroncó la restauración y se debió comenzar desde cero.

¿Cómo fue la metodología con la que trabajó la Escuela de Artes Aplicadas para la restauración de la Iglesia?

Lo primero que se hizo fue un diagnóstico del estado de la cúpula y un plan de trabajo dirigido por el reconocido restaurador italiano, Lorenzo Casamenti, Director de la Escuela de Restauro Lorenzo de Medici en Florencia, Italia. Una vez eso, el programa de trabajo fue informado al Consejo de Monumentos Nacionales, debido a que la Iglesia de los Ángeles Custodios forma parte del patrimonio nacional. También, se realizaron las conversaciones con el párroco de la Iglesia, el arquitecto a cargo y la Municipalidad, entidad que financió el programa que en términos concretos debía durar a lo sumo 3 años, pero el terremoto del año 2010 nos pilló en la fase final, resultando que gran parte de los avances fueron gravemente dañados.

Como en toda restauración, la metodología comenzó por una etapa de diagnóstico, limpieza y restauración, consolidación y reposición de piezas faltantes. Además de considerar la decoración que incluye pintura y todo el proceso desde arriba de la cúpula. Cuestión no menor, ya que implica trabajar a 5 metros de altura, hasta la base, espacio en que se trabajó la imitación del mármol.

¿Cómo fue la experiencia de los alumnos del área de Restauración de la Escuela de Artes Aplicadas?

En este proyecto se incluyó a alumnos de los talleres de Restauración de la Escuela que son impartidos por el profesor Casamenti, junto con estudiantes invitados desde Buenos Aires, quienes también participaron de la rica experiencia de trabajar en un proyecto real bajo la dirección de profesores de la Escuela y la posibilidad de ejercer su área de primera mano. Además, ellos desarrollaron su tesis final en el tema de la restauración de la iglesia.

Para nosotros fue el puntapié inicial del área de Restauración y Conservación de la Escuela de Artes Aplicadas, ya que por ese entonces se comenzó a formar la facultad. Así que fue altamente significativo.

¿Cuál es tu apreciación sobre la restauración de edificios patrimoniales y la importancia de formar profesionales en dicha área?

Es muy importante y relevante. El tema fundamental en Chile es la necesidad de formar técnicos que sepan hacer bien su oficio, trabajen en equipo, sean responsables y tomen conciencia del valor patrimonial de cada pieza que restauran. Por eso para mí es significativo que nuestros alumnos egresados y titulados estén todos trabajando en proyectos que hoy están en marcha. La verdad es que comprobamos día a día que ellos se desempeñan bien en el campo laboral y tenemos buenísimas referencias de su trabajo. Vemos que este oficio crece cada día y adquiere importancia a nivel país.