Otro rescate en el Maule, especialmente castigado por el terremoto de 2010, está a punto de finalizar. El Ministerio de Obras Públicas también gestionará la restauración del Museo Municipal, a pocos metros del templo.

Fue uno de los pocos objetos al interior del Templo Parroquial del Niño Jesús de Villa Alegre que no sufrió daño durante la sacudida del 27 de febrero de 2010. La urna que contiene los restos nada menos que del abate Molina quedó intacta tras el desplome del techo de la iglesia. Hoy se conserva en la casa parroquial. Pero ese símbolo del intelectual jesuita del siglo XVIII que nació en una hacienda de aquella localidad maulina volverá a su espacio original dentro de muy poco.

En la recta final de la carrera se encuentra el proyecto de restauración que devolverá a la comunidad su iglesia tras ocho años de inhabilitación. Como anexo, una segunda parte pondrá foco en la recuperación del Museo Municipal de Villa Alegre.

Con costos de $1.380 millones, el proyecto fue impulsado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) como parte de una carpeta de recuperación y puesta en valor patrimonial. Ya ha entregado la restauración de templos maulinos como Nuestra Señora del Carmen de Batuco o Sagrado Corazón de Jesús de Gualleco.

Esa restauración considera 2.041 m2, correspondientes al templo y obras exteriores, como el atrio y la plaza adyacente. El diseño fue desarrollado por la oficina del arquitecto Lorenzo Berg, con un enfoque que respetaba los sistemas constructivos y las técnicas y uso del adobe, tal como fue levantada esta iglesia en la década de 1880. Según estiman en el ministerio, las obras se encuentran ya en un 85 por ciento y deberían finalizar dentro de julio.

'Existe, de todas formas, una incorporación de materiales contemporáneos a la restauración de la iglesia. Si bien el proyecto de cálculo reconstruye la albañilería de adobe, con muros de hasta un metro de ancho, también utiliza elementos metálicos como contrafuertes con el fin de consolidar y apoyar el edificio', dice la inspectora fiscal de obra Susana Morales. Se refiere a los soportes externos instalados en cuatro puntos del exterior del edificio. Por el interior operan mallas metálicas, luego recubiertas. La iglesia está protegida.

Como encargada de Patrimonio de la Dirección de Arquitectura del MOP en el Maule, Morales fue testigo del proceso completo, desde que el terremoto derribó el muro norte del templo y como consecuencia hizo que colapsara la estructura de cubierta. Eso arrastró el fabuloso encielado decorativo con que contaba la iglesia. 'Su restauración fue un trabajo de joyería', recuerda.

El cielo no puede esperar

Tal vez uno de los más valiosos elementos con que contaba el templo —no así el altar, que será reemplazado por uno de mayor valor en lo estético y en sus materialidades—, el cielo decorado debió someterse a distintas fases de recuperación, con un equipo que encabezó la museóloga Militza Agusti.

Apenas una parte del cielo, el extremo oriente, se salvó. Tuvo que ser trabajada con máximos cuidados. Sin embargo, el resto del cielo se destruyó, de modo que el equipo de especialistas debió realizar un levantamiento a partir de fotografías para recuperar las tramas, motivos y geometrías. 'El techo se desmontó, pieza por pieza, se elaboraron planchetas y se generó una matriz. Luego vino el trabajo artístico, que ya está a la vista', dice Morales.

Con la entrega del templo, también volverán las imágenes religiosas, que junto con la urna del abate Molina salieron ilesas de la catástrofe. El proyecto consideró de paso la restauración de un mural histórico sobre el jesuita, realizado por Pedro Olmos. 'La reconstrucción del país es importante. Para el MOP ahora es el turno de recuperar edificaciones patrimoniales, que son fiel reflejo de la arquitectura rural tradicional, como es la iglesia de Villa Alegre', concluye el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine.

Fuente: El Mercurio