El estreno en cines de "La librería", una adaptación de la novela homónima de la elogiada escritora británica Penelope Fitzgerald, es una prueba de la próspera revalorización de obras de ficción que tienen a los libreros como protagonistas. Entre otros títulos, sobresalen "84, Charing Cross Road" y "La librería ambulante".

En la encantadora Librería Lolita del periodista y escritor Francisco Mouat - ubicada en la calle República de Cuba, en Providencia- se ve un afiche que promociona un grupo de novelas, entre otras "La librería ambulante" de Christopher Morley y "La librería" de la escritora inglesa Penelope Fitzgerald. Esta última -finalista del prestigioso Premio Booker, en 1978- se mantiene vigente gracias a que la editorial Impedimenta ha venido reeditándola, en español, desde 2010.

Junto con ello -y en una prueba de un éxito que aún no tiene atisbos de decrecer- el 28 de junio llegará a las salas de cine nacionales la elogiada adaptación cinematográfica de esta obra, a cargo de la directora catalana Isabel Coixet.

La novela de Penelope Fitzgerald (1916-2000) tiene como protagonista a Florence Green, una viuda que decide instalar una librería en un pueblo costero del este de Inglaterra, Hardborough. Nos encontramos en 1959 y el Reino Unido apenas se está empezando a recuperar de la profunda crisis económica generada por la Segunda Guerra Mundial. Los primeros signos de cambio animan a Florence a adquirir la casa más antigua del pueblo, Old House, que lleva años cerrada y en la que habita un misterioso fantasma, para instalar allí la primera librería de la localidad. Ella es una idealista-romántica y, desde el principio, el lector vislumbra que el mundo cerrado de Hardborough resulta ser también un espacio carcomido por los convencionalismos de sus habitantes.

"Notable novela, deliciosa. Divertida, irónica, elegantemente británica, describe la estupidez humana, la envidia, el apego a formas ridículas, la tontería, el arribismo y entre medio la sensatez de la protagonista, dispuesta a iniciar una nueva etapa de su vida ya madura con un proyecto tan inusual como montar una librería en una casona vieja y abandonada, ocupada únicamente por un fantasma que no cesa de trabajar en sus ratos libres", explica el periodista Francisco Mouat.

La obra, y su reciente adaptación al cine, también han vuelto a revalorizar la creación literaria de Fitzgerald. De hecho, la editorial Impedimenta acaba de publicar la novela por la que ganó el Premio Booker, en 1979, "A la deriva".

El destacado escritor y director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, Alberto Manguel, en un artículo reciente publicado en el diario español El País; reconoce a Penelope Fitzgerald como una de las voces más talentosas de la literatura inglesa moderna y sentencia que "menos la historia de una derrota que la crónica de una batalla personal por algo íntimamente importante, 'La librería' es uno de los libros más conmovedores y perfectos de esta extraordinaria escritora".

Desde Berlín

En los últimos años, importantes sellos han apostado por reeditar un puñado de novelas que tienen a libreros y librerías como protagonistas. Un caso exitoso y reciente es "Una librería en Berlín" (Seix Barral) , de Françoise Frenkel, que se convirtió en uno de los fenómenos literarios de 2015, tras un increíble hallazgo de un bibliófilo en un mercado, en Niza (Francia). Con un prólogo del premio Nobel Patrick Modiano, la obra sigue el itinerario de una polaca-judía, Frymeta Idesa Frenkel, nacida en 1889 en Piotrkrów (Polonia) y fallecida en 1975, en Niza.

Convertida en Françoise (decidió cambiarse el nombre porque estaba enamorada de la cultura francesa) y tras estudiar en París, Frenkel se instala en el Berlín libre, de principios de los años veinte, donde abre La Maison du livre français -la única librería francesa en la capital alemana-, junto con su marido. El local cerró sus puertas en agosto de 1939, unas semanas antes del estallido de la guerra, y Françoise inicia la larga y dramática aventura de su huida.

Una obra de culto

Siguiendo esa línea, sin duda uno de los "long sellers" es "84, Charing Cross Road". Disponible bajo el sello Anagrama, este volumen tiene como protagonista a Helene Hanff (1917-1997), una autora poco conocida de guiones de cine y obras teatrales, quien escribió -en 1949- a la librería Marks and Co, en el número 84 de Charing Cross Road, en Londres, para pedir que le enviaran a Nueva York una selección de libros difíciles de encontrar. Así se inicia una relación epistolar que durará veinte años, hasta el cierre del establecimiento británico. Las cartas han sido ampliamente destacadas como una bella novela de amor a los libros y una hermosa amistad en tiempos previos a internet y las nuevas tecnologías. Prueba del éxito y el estatus de "culto" de este libro es que fue adaptado para televisión, cine y teatro. En 1987 se estrenó el filme "Nunca te vi, siempre te amé", con un elenco estelar, entre otros Anne Bancroft, Anthony Hopkins y Judi Dench.

El dueño de la Librería Lolita afirma que en "84, Charing Cross Road" es "tan potente el diálogo cruzado, tan poderosa la relación que se construye a partir del común amor a los libros y la literatura, que el productor Mel Brooks le dio en el gusto a su esposa, la actriz Anne Bancroft, y la hizo protagonista de la película del mismo nombre".

En la última década, la editorial Periférica se ha dedicado a rescatar la obra del periodista, novelista, ensayista y poeta estadounidense Christopher Morley (1890-1957), autor entre otros títulos de la "Librería encantada" y "La librería ambulante". Esta última, narra la historia de un antiguo maestro, quien cansado de su profesión, compra un coche y lo convierte en vivienda sobre ruedas y a la vez en tienda de libros. Los lectores y la crítica han elogiado la figura del librero, capaz de convertir a personas muy sencillas en "devoradores" de libros.

Mouat aplaude esta novela y la califica de "encantadora, entretenida, original, tiene humor, destila amor a los libros y construye una historia de aventuras a partir de dos personajes entrañables: Roger y Helen".

También, bajo Periférica, está disponible "Mi maravillosa librería" de Petra Hartlieb (1967) y que a juicio del dueño de Lolita es "una historia real que me toca mucho, porque su autora montó una librería en Viena junto a su marido. Me identifica completamente en espíritu".

Sergio Parra, dueño de la Librería Metales Pesados en el Barrio Bellas Artes, advierte que en todas estas publicaciones la imagen de la librería se transforma "en un pretexto, en un espacio de sociabilidad, en un espacio de conversación, desde donde se narra el mundo". Añade que este tipo de novelas revelan un oficio que se ha ido perdiendo en el tiempo. "Por ejemplo, hace 15 años tú ibas a Buenos Aires y te encontrabas con varios libreros legendarios y maravillosos, que realmente hacían una curatoría cada vez que te recomendaban una lectura. Hoy ves a chicos atendiendo que, perfectamente, podrían estar trabajando en un mall . En Chile vivimos una realidad similar. Uno de nuestros últimos libreros que van quedando es Walter Zúñiga de Libros Prólogo".

Parra concluye que la llegada de estas novelas tiene que ver también con "la imagen de un profesional que no está en una gerencia, sino en la sala de ventas y que ve cómo sus clientes van muriendo, se van envejeciendo con los años. Estos libros instalan la necesidad de tener librerías más pequeñas, boutique , a escala humana".

Francisco Mouat destaca un ensayo breve de Claude Roy titulado "El amante de las librerías", donde el autor escribe lo siguiente: "Nunca he podido decidirme a conceder a los libros la cláusula de nación más favorecida, ni a considerarlos tampoco como una especie de carne seca, apergaminada, o como las flores marchitas de un herbario muy antiguo, demasiado tiempo prensado y olvidado, que vive una vida de segunda calidad. No mezclo a los seres y los libros, porque intento tratar a los libros como ellos me tratan a mí, es decir, de hombre a hombre. Los libros son personas, o no son nada".

Fuente: El Mercurio