Necesitaba reemplazar una pieza de este material que se había trizado en mi casa y preguntando llegué a una calle de Recoleta que, se puede decir, es la zona de los marmoleros en Santiago. Pero no solo de la capital, sino que también es el lugar desde donde se distribuyen diferentes piezas de mármol a todo Chile. Llegué a la avenida Valdivieso, una calle donde se concentra la mayor cantidad de tiendas dedicadas a la venta de mármoles, granitos y piedras en aquella comuna de la capital. Ahí hablé con Sultana Sabat, quien trabaja junto a su pareja, Ricardo Neyra, en la Marmolería El Cielo. Ella me contó que lleva más de 27 años dedicada al trabajo en el rubro.

'Conocí el trabajo a través de Ricardo, quien es de familia marmolera desde hace más de tres generaciones. Mi marido en vez de jugar con juguetes lo hacía con pedazos de mármol. Nosotros vendemos a comerciantes que buscan piezas hechas de este material para dentro y fuera de Santiago, ofrecemos lápidas, esculturas, tallados en relieve y pirograbados, entre otros objetos'. Cuenta que la materia prima viene de Carrara, Italia, y llega a Valparaíso. Demora cerca de seis meses en arribar a Chile en barco.

'Las distribuidoras venden el material a quienes lo trabajan después en los diferentes talleres donde se fabrican las distintas piezas', dice Sultana. Ella agrega que 'a mí lo que más me gusta de mi trabajo es el agradecimiento de la gente cuando se encuentra apenada por la pérdida de un ser querido. Trato de que la pieza quede bonita para que las personas queden contentas. No es fácil cuando llegan mamás a comprar lápidas para niños o para quienes han muerto en desgracias como terremotos. Eso es triste, pero la felicidad más grande es cuando encuentran las lápidas bonitas. Me ha pasado de todo, incluso me han penado.

Pero no les tengo miedo a los muertos, sino que mucho más a los vivos', comenta Sultana. 'Mi marido es quien graba las leyendas y soy yo quien pinta con el esmalte sintético para que las letras queden escritas en negro. Tenemos un libro con varias frases, pero si el cliente quiere una especial, la trae y nosotros la grabamos en la lápida', finaliza mientras pule un pedazo de piedra con un trapo.

Publicado en: Revista MásDeco