Por Francisca Jiménez. 

Esta pequeña localidad de la comuna de Palmilla, en la VI Región, guarda un especial secreto: sus tradicionales bordados y objetos en greda. Alegres y coloridas, tanto las piezas textiles como las figuras se basan en las vivencias de las propias artesanas que las realizan. Se trata de una artesanía criolla con fines decorativos y utilitarios.

Haydée Paredes es una de estas maestras. Desde los diez años que se dedica tanto a la factura de piezas de greda como al bordado. En el caso de este último, aprendió en el colegio y reforzó la técnica de la mano de su abuela, quien manejaba muy bien el oficio.

“Este es un antiguo trabajo de la zona. Incluso hay referencias del bonete del Huique (sombrero de la emblemática hacienda del siglo XIX) que tenía bordados”. Y agrega que “son solo cinco las bordadoras que existen en la zona actualmente y que trabajan la antigua técnica. Es un trabajo que quita mucho tiempo. Con una sola flor una puede estar una tarde entera. Hacemos manteles, servilletas, caminos de mesa, individuales, entre otras cosas. Los diseños son creaciones propias de cada una de las artesanas. La tela base que usamos es el osnaburgo, que es puro algodón. Son las cosas que uno ve acá: el señor arando, la matera, los pollos, la señora sacando el pan del horno, las señoras bailando cueca, etcétera. Pero aquí ninguna es experta en dibujo sino que tomamos un lápiz y dibujamos sobre la tela para comenzar a bordar. Son imágenes inocentes como si fueran de niño chico. Lo mismo para las cerámicas”.

De su madre, Haydée aprendió a trabajar la greda. Hoy se dedica principalmente a este oficio. “Yo fui la única de mis hermanos que siguió con este trabajo”, comenta.

A modo de contexto, en el caso del bordado, en Chile existen cerca de seis localidades que se dedican a este oficio. Estas son Lihueimo, Huilquilemu, Copiulemu, Ninhue, Isla Negra y Macul. En general estas artesanías recogen las costumbres de cada zona y las plasman en sus creaciones.

En el caso de la artesanía de Lihueimo, fue la señora Marta Mackenna, antigua dueña del Fundo Lihueimo, quien en los años setenta decidió ayudar a las mujeres de la zona al capacitarlas en bordados y posteriormente en el trabajo en greda, modo de homenaje a su hija fallecida. Hoy esta artesanía es un verdadero sello de la zona que da cuenta de las actividades populares relacionadas con la vida en el campo y las tradiciones.


ACTUALMENTE LA ARTESANÍA DE LIHUEIMO es un clásico oficio de la zona de Colchagua. Las coloridas piezas de artesanía son pintadas con tierras de color y huevo. Los bordados se hacen sobre tela de algodón. A la artesana Haydée Paredes, quien fue premio Maestra Artesana 2015, se la puede ubicar en su celular +56 9 93629415 y sus trabajos se pueden ver en HAYDEEARTE.COM

Publicado en: Revista MásDeco